Existe un Casaseca de Campeán debajo del actual Casaseca. Un pueblo horadado en la piedra que se encuentra subterráneo, ajeno a lo que pasa encima de él. Prácticamente todas las viviendas del municipio tuvieron, en su día, una bodega debajo pues Casaseca siempre fue un pueblo vitivinícola y la uva uno de los productos más importantes.

El paso del tiempo y el abandono hicieron que muchas de ellas se perdieran o se acabaran cayendo debajo de casas abandonadas por la despoblación y el éxodo a las grandes ciudades. Otras resisten e incluso han sido restauradas como la del Café Quintano que, además de ofrecer comidas, ha creado un museo con objetos antiguos del pueblo que sirven para comprender parte de la historia de Casaseca de Campeán y saber cómo eran sus bodegas.

En sus tiempos, debajo de las casas, existieron más de 100 bodegas familiares para conservar el vino que se producía en los pequeños viñedos. Todo el mundo tenía una bodega porque quien más y quien menos tenía un terreno con vides para consumo propio. Hoy en día apenas llega a 100 el número de empadronados en Casaseca, una cifra que amenazan con perder desde el padrón del INE de 2015. El padrón, como en otros municipios, esconde el número exacto de habitantes que residen a diario en el pueblo ya que son muchos los que por trabajo tienen que pasar el tiempo en un segundo domicilio en Zamora, Salamanca o Valladolid y regresar los fines de semana, puentes y vacaciones.

Sin embargo, en los últimos años, algo ha cambiado en Casaseca de Campeán. La construcción de la carretera que les une a El Perdigón y Entrala acercó las comunicaciones con la capital a algo menos de veinte minutos y les otorgó la posibilidad de convertirse en un pueblo con habitantes que trabajan en Zamora y que residen el resto del tiempo en Casaseca. Tampoco tienen lejos Salamanca desde la construcción de la autovía que ha dejado la capital charra a media hora en coche.

Susana Rodríguez estuvo al frente del Ayuntamiento de Casaseca de Campeán durante ocho años en los que una de sus mayores luchas fue la pelea contra la despoblación y el bienestar de una población cada vez más envejecida. Existieron, durante su mandato, tres productos estrella y sólo uno pudo ver la luz, quedándose dos de ellos por el camino.

La carretera que une a Casaseca de Campeán con Zamora ha facilitado las comunicaciones para los vecinos ya que antes, cuando tampoco existía la autovía Zamora - Salamanca, tenían a la misma distancia a las dos capitales de provincia, a unos cuarenta minutos.

No sólo el acercamiento a Zamora es beneficioso para los vecinos que acuden a diario a Zamora, sino que el único restaurante del pueblo, el Café Quintano, ha apostado por una gastronomía de calidad con productos de la tierra que están permitiendo un aumento del turismo que también se ve reflejado en las distintas fiestas que organizan en el municipio.

Los dos proyectos que nunca pudieron ver la luz y que habrían supuesto un impulso muy importante para el pueblo eran una serie de casas de protección oficial y un parque de molinos eólicos.

Las viviendas de protección oficial siguen siendo, hoy en día, una reivindicación del pueblo ya que entienden que, con las comunicaciones existentes, podría ser una oportunidad para jóvenes sin recursos para acceder a una vivienda. En su día, la empresa que designó la junta para este parque de viviendas quebró y dejó el proyecto en baldío.

Desde el consistorio no renuncian a poder tener un parque de vivienda pública que podría servir para hijos del pueblo que ya no tienen familia en el municipio y que solo acuden en verano pero también para gente que busque una oportunidad en Zamora o Salamanca y vea en Casaseca de Campeán un lugar donde vivir. Sin embargo, el alcalde de la localidad, Miguel Ángel Panero, tiene dudas de si "en la actualidad podrían cubrirse".

El otro proyecto que acabó desapareciendo fue el de un parque eólico que habría traido dinero al pueblo y que también hubiera permitido desarrollar mayores políticas para luchar contra la despoblación.

Los que quedan en Casaseca de Campeán son jubilados o agricultores y son estos últimos el motor económico de un pueblo que tampoco tiene un término muy grande y que no permite que sean muchas las familias que se dediquen al cereal. Es por ello que, en los últimos años y aprovechando las bodegas existentes en el pueblo, desde Casaseca de Campeán quieren unirse a las Rutas del Vino de Zamora en una comarca como Tierra del Vino donde este alimento es fundamental para la economía.

"Casaseca ha sido un pueblo tradicionalmente agricultor y vinícola, mucho más que ganadero. Si existieran más familias que viviesen directamente del vino, sí que sería más fácil asentar población porque el vino sí que es un sector que requiere mucha más mano de obra en le época de poda y en la época de vendimia y aunque es un sector más temporal, podría asentar mucha más población en el pueblo" señala Pablo Hernández.

Las Rutas del Vino servirían de impulso para las bodegas del pueblo e, incluso, permitiría la llegada de capital de fuera que aprovechara los viñedos locales para asentar sus negocios.

Además, de forma paralela, ajeno a la intención del ayuntamiento de entrar en las Rutas del Vino, una familia ha decidido recuperar un viejo lagar que se encontraba en un gran estado de conservación aunque ya en desuso. Aunque todavía son varios los vecinos que no tienen constancia de la recuperación del lagar, desde el año pasado está en la mente de muchos conseguir recuperarlo y usarlo aunque sea en algunas jornadas de exhibición.

Sin olvidarse de la cercanía con Zamora que podría beneficiarle como a otros pueblos del alfoz zamorano, Casaseca de Campeán ha decidido apostar ahora por el vino.