La comarca de Aliste ha cumplido un año más con el ritual de la vendimia en una campaña que los viticultores califican de buena, lo que dará una buena añada de vinos. La tierra de la ternera de Aliste y los boletus edulis, cuna de caldos caseros, sigue abriendo puertas con sus vinos entre los amantes del "morapio" salido de las uvas de la Raya con Portugal.

La iniciativa alistana "Vinos de la Sierra de la Culebra" integra a las seis bodegas familiares que cosechan uvas y elaboran vinos para su comercialización, aunque en pequeñas cantidades: "Aliste" de Figueruela de Abajo, "Ramayal" de Ferreruela, "Castro Mendi" de San Blas", "Cepas de la Culebra" de Riofrío, "La Mela" de Sejas y "Caminos de Aliste" de Fradellos.

Estamos ante unos viticultores y bodegueros originarios de la Tierras de Aliste donde, con explotaciones siempre de carácter familiar, prima la tradición y las labores al más puro estilo alistano como ya lo hacían sus padres, abuelos y bisabuelos.

En Riofrío de Aliste la bodega "Sierra de la Culebra", liderada por el joven Rubén Gago, ha cosechado entorno a 4.000 kilos de uvas en perfecto estado sanitario: "Nuestro viñedo familiar ha tenido una excepcional cosecha en cuanto a cantidad y calidad. Ya era hora que viniera un año bueno. No se preveía ésta cosecha tan buena porque el verano vino regular, hubo muchas tormentas, cosa que ya no es habitual y teníamos alguna enfermedad fúngica como el mildiu. Además en nuestro caso no nos afectaron las heladas de primavera que sí causaron daños en viñedos cercanos al nuestro", explican. En 2018 un 15% de las uvas fueron arrasadas por el granizo.

Los viñedos de Riofrío ubicado en el paraje de La Brea rondan los 80 años ya que algunos fueron plantados tras finalizar la Guerra Civil por los antepasados de Rubén Gago, y cuentan con un 90% de mencía, y el 10% restante repartido a la mitad entre palomino y tempranillo.

La bodega "Aliste" de Figueruela de Abajo, propiedad de la familia de Javier de Jesús Pérez, ha contado en este 2019 con una "cosecha excepcional" de 3.200 kilos de uva, realizándose la vendimia "justo en el momento adecuado para aportarle la acidez de la que carece la tempranillo, una conjugación de aciertos y azares resumidos en una fruta como hacia años que no teníamos".

La orientación de los viñedos de Figueruela de Abajo es sur y la pendiente de un 30% en una colina llamada de La Pasión. Se trata de un tipo se suelo arcilloso con cuarcitas, pizarra laminar y piedra mollar "microporosa" que en los calurosos veranos conserva la humedad y nutre a la planta con las dosis justas de agua en los secos veranos alistanos". Esta mezcla genera unos suelos de escaso nivel orgánico, pobres en producción pero ricos en minerales, que "favorece enormemente la la calidad de la uva y aporta a los vinos matices pizarrosos, terrosos y torrefactos".

La cosecha de la variedad de uva tempranillo en la viña del paraje Yagome fue de 1.200 kilos y en la finca Llamoricas de Moreno de 1.200 kilos. En el viñedo de Los Castaños se cosecharon 200 kilos de Tempranillo y 300 más de Sirah. Los análisis dan un 14,33% de alcohol. Todos los procesos de las viñas se rigen por procesos de agricultura biodinámica.

En 2018 echaba a andar la bodega familiar "La Mela" de Sejas de Aliste gracias a la iniciativa del viticultor Benjamín García Fernández. También Fradellos, en el municipio de Rabanales, cuenta con su vinos "Caminos de Aliste" gracias a la apuesta de Teodora López Vara.

Tras cuatro años de sueños y deseos que parecían imposibles , allá por 2011 nacía a la vera del Sierro Gordo, en Ferreruela, la bodega Ramayal, entonces puesta en marcha por Antonio Ferrero Fínez, José Palacios Fínez y Pablo Villalón Mayo. Sus viñas, plantadas en los años 40 y 50 del siglo XX en Los Chiqueros y El Fueyo llegan a producir una media anual de 30.000 kilos, la mayoría de la variedad mencía y y en menor cuantía de Jerez y garnacha.