Apenas articuló dos frases de agradecimiento y se le quebró la voz de la emoción. Ángel Gutiérrez Laso, don Ángel para la mayoría del pueblo, era homenajeado por los vecinos a los que ha dedicado sus últimos 38 años de vida y en el discurso de agradecimiento no pudo contener la emoción.

"Ha sido un placer y un orgullo ser el médico de Morales del Vino explicaba el médico, ahora ya jubilado, en un salón de plenos del Ayuntamiento de Morales que se llenó para darle un caluroso adiós al médico con el que han crecido los moralinos.

Por sus manos han pasado, al menos, cuatro generaciones desde bisabuelos a biznietos. "Me invade la nostalgia por aquellos que ya no están" comunicó, con la voz entrecortada, don Ángel a quienes se han convertido en sus amigos después de tantos años siendo su médico. No llegó a llorar, pero todo su discurso, breve y conciso, lo hizo al borde del llanto y con un hilo de voz que apenas salía de su boca. Era el momento de decir adiós.

Carmen Lorenzo tomó la palabra como alcaldesa de la localidad para agradecer la labor del galeno pero de inmediato don Ángel le interrumpió: "Yo no me voy de Morales, seguiré viniendo. Porque me ha ganado el comportamiento de la gente durante estos 38 años y un embarazo que he estado aquí".

Los cincuenta vecinos que se acercaron al acto aplaudieron a rabiar cada frase del médico moralino y le mostraron por última vez su cariño. "Un médico abierto a sus pacientes, que también se han acabado convirtiendo en sus amigos", como señaló Carmen Lorenzo.

El Ayuntamiento quiso tener un último detalle con el médico y le entregó una reproducción del escudo del municipio en piedra que don Ángel mostró a todos con orgullo. También la asociación cultural Moralvinos quiso entregar un obsequio con la entrega de unos bombones y una botella de vino.

Después, uno por uno, todos los vecinos se acercaron a despedirse de 38 años de historia del municipio moralino.