El "todo lo que vuela a la cazuela", que dice el refrán, se acabó. Ahora el lema en vigor de los portadores del rifle es: "cazar no es matar". Y es que los titulares de aprovechamientos cinegéticos con sentido común del patrimonio salvaje tienden "a cambiar los modelos tradicionales de adjudicación (basados sólo en una oferta económica) por otros basados en una oferta vinculada a la gestión del medio natural y cinegética, y a una caza responsable". Es un cambio "fundamental para que la actividad cinegética y para que el cazador sean una herramienta fundamental de gestión medioambiental y saneamiento poblacional de animales silvestres, y no un especulador cinegético y trofeísta".

Así lo sostiene el representante de Caza en Abierto, Emilio Sanz-Pastor Rivas, sociedad que gestiona una superficie de 11.000 hectáreas correspondientes a los cotos "San Vicente" y "San Roque" del municipio de Pedralba de la Pradería, considerados una referencia de buena gestión nacional.

El Ayuntamiento de Pedralba de la Pradería, que preside Francisco Guerra, ha licitado el aprovechamiento cinegético "primando el respeto y el cuidado por la naturaleza". Las bases de licitación son tenidas por "pioneras" al "valorar la gestión profesional del medio ambiente, de las especies animales silvestres (no sólo las cinegéticas), de la guardería rural para vigilancia, el control del abate de ejemplares y el compromiso responsable y ético de la caza sobre cualquier oferta económica".

El aprovechamiento cinegético corresponde a los cotos de "San Vicente", que ocupa terrenos de Pedralba de la Pradería, y al coto de "San Roque", que ocupa terrenos de Calabor, ambos con una importante superficie de monte bajo o matorral. El presupuesto base de licitación está cifrado en 69.460 euros por las cuatro temporadas (17.365 euros temporada) desde 2019 hasta 2023.

El regidor Francisco Guerra señala que "el aspecto económico es fundamental, pero valoramos que se hagan mejoras, limpiezas, comederos y no matar sin discriminación". Precisa que "existen malas experiencias de cotos que son arrasados de caza y luego nadie quiere arrendarlos".

El plan técnico aprobado, redactado por la empresa Ilex S.L., parte de un campeo que se aleja "de la actual tendencia de hacer cortapegas", con censos y cupos sin respaldo de trabajo de campo que garanticen un informe "veraz y real". Este pecado ha llevado a los grupos ecologistas a denunciar, y a ganar en los tribunales, la práctica de la caza por no contar "con censos actualizados ni medidas correctas de gestión". Naturalmente, estos planes de saldo y oficina son, eso sí, "quince veces" más baratos.

Desde la sociedad se pone de manifiesto que "los cotos abiertos" suelen estar constituidos, en su mayoría, sobre terrenos municipales y/o comunales, de agrupaciones vecinales o público". Añade que "no solo son un patrimonio de los pueblos sino uno de sus más importantes patrimonios". Subraya Caza en Abierto que "muchos ayuntamientos y asociaciones de cazadores son "cortoplacistas" y venden la caza a "pseudo cazadores" que sobreexplotan los recursos cinegéticos echando a perder el preciado patrimonio y poniendo en riesgo el equilibrio medio ambiental y ecológico". Sanz-Pastor Rivas resalta que, "frente a ésta desafortunada e irresponsable forma de actuar," su sociedad "plantea un modelo de gestión y caza que no sólo pone en valor el patrimonio medio ambiental de los acotados sino también (y como consecuencia) su patrimonio cinegético,".

Dice no tener "nada en contra de las llamadas "orgánicas" o empresas cinegéticas que desarrollan un negocio lucrativo", pero reclama que a éstas empresas "se les exija una gestión del medio natural con compromisos concretos y reales, y una caza supervisada por guardería independiente que impida la sobreexplotación de los recursos".

Pone de manifiesto que "muchos son los acotados de titularidad municipal del país y todos, sin excepción, buscan sacarle un rédito económico a su aprovechamiento cinegético, enajenándolo a través de licitaciones públicas en las que se valora sólo la oferta económica. Esto da pie a que infinidad de personas que se dicen llamar "cazadores" o empresas con ánimo de lucro (orgánicas) pujen por encima del valor real del recurso licitado para agotarlo, dando al traste en poco tiempo con las poblaciones cinegéticas del acotado y dejándolo, como vulgarmente se dice, como un solar. Algo que no solo es un atentado contra el medio ambiente sino que, de paso, alimenta los argumentos de animalistas y ecologistas que ven a los cazadores como enemigos del monte y la naturaleza. Y no les falta razón si la pantalla a la que miran son estos ayuntamientos, estos pseudo cazadores y esta forma de maltratar los ecosistemas municipales y supramunicipales".

Emilio Sanz-Pastor Rivas defiende "la caza sostenible ,ya que consideramos un privilegio poder disfrutar de la naturaleza en estado puro y salvaje en uno de los últimos lugares de España: la Reserva Regional Sierra de la Culebra".

Este concepto de caza responsable es lo que lleva a los gestores del aprovechamiento de los cotos de Pedralba a poner en mano de los guardas los precintos, y no de los cazadores, para evitar las trasgresiones y los posibles excesos, así como a dejar sin cazar "dos tercios de los precintos para no castigar la población de corzo", que sufre, como en buena parte de la comunidad, la lacra de la moscarda (larvas que provocan su asfixia).

Para hacerse merecedores del aprovechamiento cinegético, la sociedad Caza en Abierto refleja en su memoria justificativa que "la utilización de los productos y recursos naturales renovables que se generan en el monte, como consecuencia de los procesos ecológicos que en él se desarrollan, debe responder tanto a la necesidad de conservación y sostenibilidad de los recursos cinegéticos, como a fomentar y facilitar el ejercicio de la caza en régimen de igualdad a todos los cazadores".

La caza mayor y la menor conviven en el territorio y la gestión exige múltiples desvelos cuando las circunstancias no son favorables por razones tan variadas como una pertinaz sequía que agoste los pastos y deje el campo sin agua, o por la aparición de enfermedades que diezman las poblaciones silvestres o por estragos como un incendio forestal.

Para los gestores de estos acotados sanabreses "las mejoras que deben introducirse en beneficio de las especies cinegéticas pasan por asegurar una adecuada alimentación de las mismas, cuyas preferencias alimentarias dependen de cada especie, de ahí que la oferta alimentaria debe tener en cuenta la variación estacional en el aprovechamiento del alimento y la carga pastante". Se destaca "el hecho de cubrir algún déficit importante en la dieta y repartir temporalmente los recursos para cubrir los baches estacionales".

Apuntan que en el aprovechamiento cinegético se tendrá cuenta "la aportación de sales, la ordenación selvícola, las siembras específicas que se realizan para aportación alimentaria y los comederos".

La cobertura vegetal cumple múltiples funciones relacionadas, entre otras, con la ocultación y refugio ante los predadores, la cría, el descanso y termorregulación, pero con todo lo que ofrece la propia naturaleza es necesario en casos "actuar con vivares artificiales" u otras actuaciones.

También los aprovechamientos hídricos, el agua, es considerado "un factor limitante y hay que atender la necesidad de poner y mantener al alcance de los animales agua para satisfacer sus necesidades de bebida" . Esta exigencia vital "conlleva la limpieza y acondicionamiento de cauces y márgenes de arroyos, así como la creación de charcas y lagunas. Aunque es posible recurrir al acondicionamiento de los puntos naturales existentes o instalar bebederos artificiales, es preferible siempre la primera opción".

La prevención de enfermedades es una inquietud sanitaria y "conlleva el mantenimiento de un hábitat que cubra adecuadamente las necesidades de las poblaciones cinegéticas". Caza en Abierto expone que "si existe posibilidad y capacidad económica sería recomendable el análisis de algunas capturas".

En cuanto a la gestión y actividad cinegéticas, el cuidado, mantenimiento y mejora de las infraestructuras son medidas que facilitan tanto la gestión como la caza, y en los cotos de caza sanabreses se pretende utilizar casetas y cámaras fijas de fotografía encontradas en algunos puntos de los cotos. La vigilancia sirve para tener un adecuado control de población de especies y realización de rececho y aguardos correctos.

La revisión de la señalización del acotad se efectuará "con carácter periódico, tanto externa como interna". Y podrá llevarse a cabo un control poblacional de especies cinegéticas bien como consecuencia de daños que pudieren derivarse por acciones de especies depredadoras, por razón de control sanitario y desequilibrio poblacional".

La Alcaldía de Pedralba de la Pradería considera "primordial" una gestión correcta de los recursos naturales "porque es el futuro de los pueblos". Esta concepción sostenible y respetable de la naturaleza ha contado con la firmeza de la secretaria Aránzazu Rivera y también del anterior regidor Manuel Miguel Rodríguez Maestre.