La falta de lluvias ha llevado a ampliar la declaración de peligro medio de incendio forestal hasta el próximo 17 de octubre. Así lo ha confirmado la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, que mantiene la dimensión del operativo desde el pasado 1 de octubre con medios humanos y materiales adecuados al nivel de riesgo medio.

La previsión meteorológica para los próximos días continúa sin anunciar lluvias generalizadas que reduzcan definitivamente el riesgo a nivel bajo, situación que podría cambiar a partir del día 17 de octubre. Por ello la Junta de Castilla y León confía en que la población "siga extremando la prudencia en sus actividades de trabajo y ocio al aire libre para evitar un posible incendio". En caso de observar el inicio de algún fuego hay que avisar al 1-1-2, para facilitar la intervención del operativo y evitar su propagación.

Tras un invierno y primavera muy secos que provocaron un elevado déficit hídrico, el riesgo de incendios ha estado presente, lo que hacía prever un verano complicado.

Durante los meses de julio y agosto persistió un bajo nivel de precipitación en la Comunidad, aunque con diferencias entre el norte, donde se registraron algunas lluvias, y el sur de Castilla y León, especialmente en las provincias de Ávila y Segovia, donde se concentró la mayor siniestralidad de incendios forestales.

En septiembre se han registraron algunas precipitaciones repartidas por Castilla y León que suavizaron la sequía y, por tanto, el riesgo y el número de incendios. Según la Administración autonómica, "la mayor concienciación de la población, patente en el bajo número de incendios forestales registrados este mes, y la rápida y eficaz actuación del operativo, logrando dejar en conatos un importante y creciente número de ellos, permiten adelantar un balance más favorable de lo previsible por la sequía que padecíamos".

Finalizada la campaña de riesgo alto el pasado 30 de septiembre, el consejero de Fomento y Medio Ambiente ha solicitado su comparecencia voluntaria en la Comisión de las Cortes de Castilla y León para dar cuenta de su balance.

Como se adelantó en agosto, la superficie arbolada calcinada por incendios forestales hasta ese mes en Castilla y León se redujo cerca de un 60 por ciento en relación al último decenio, con alrededor de 1.600 hectáreas quemadas, frente a las 4.000 de los últimos diez años. En total, si se tiene en cuenta la superficie global, el descenso es del 46 por ciento.