Medio centenar de personas participaron ayer en el simulacro de extinción de incendios desarrollado en el entorno de la base de Rosinos de la Requejada, en el marco del proyecto de cooperación hispanoluso Interreg Ariem, para mejorar la sectorización en los incendios forestales. Las prácticas de ayer, que se dilataron casi dos horas, culminan sobre el terreno un largo trabajo de cooperación entre Valladolid y Braganza.

En estos trabajos de coordinación participaron técnicos y agentes medio ambientales del Servicio Territorial, el helicóptero de Rosinos con la brigada helitransportada, una cuadrilla en tierra, un camión autobomba y un hidroavión del Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación. En este operativo participaron representantes de la Autoridad Nacional de Protección Civil de Portugal, voluntarios de Bomberos de Braganza y miembros de la Guardia Nacional Republicana.

Los efectivos atacaron un hipotético incendio en la zona donde se dieron las condiciones reales de un incendio en pleno verano, y las condiciones hipotéticas de aumento en la gravedad con necesidad de desalojar un perímetro y evacuar a algún herido, mientras las brigadas tiraban mangueras por los flancos hasta las zonas de fuego simulado y repasaban puntos de reproducción del incendio. A ras de tierra sobrevolaron los medios aéreos para afinar la puntería, dibujando las columnas de agua sobre el terreno. Entre 17 y 20 kilos pesa el equipo de extinción de las brigadas que se mueven a pie. En la teoría y sobre el plano se reforzó el operativo con 27 efectivos y varios vehículos procedentes de Portugal y medios de la base de Tabuyo.

La jefe de Área de Extinción de Incendios Forestales de la Junta, María Teresa Mompín precisó que esta simulación se incluye en el "marco de colaboración europeo entre España y Portugal" para "entrenar la integración de distintas organizaciones de la lucha contra incendios". Trabajar conjuntamente la sectorización y coordinación en grandes emergencias "permite que hagamos un trabajo mucho más eficaz, pongamos cara y trabajemos de la mano, que es lo que en general pretenden estos proyectos".

Pese a que la organización y la estructura en extinción es diferente, Mompím hizo hincapié en que "hay muchos más puntos en común". En materia de prevención "la Junta hace una apuesta espectacular" menos visible de cara a la sociedad. También se lleva a cabo "una labor de concienciación de escolares, a largo plazo".

El comandante Operacional distrital de la Autoridad Nacional de Protección Civil, Joao Noel Afonso, precisó que este ejercicio sobre el terreno "rentabiliza los procesos de cooperación". Para el responsable distrital "los fuegos no tienen frontera. Pasan de un lado a otro y no piden permiso a nadie". La coordinación y el entrenamiento "creemos que es el camino y la llave del éxito en estas zonas trasfronterizas". Para Noel Afonso "felizmente el protocolo de intervención se ha alargado a 25 kilómetros a ambos lados de la frontera". España y Portugal colaboran en el auxilio para la extinción de incendios desde la puesta en marcha del Tratado de Évora.

El jefe de Bomberos Voluntarios de Braganza, José Fernández, resumió en una frase la situación "prefiero apagar un incendio de invierno que un incendio de infierno". El programa de seguridad que desarrolla Portugal para concienciar a la población "Personas seguras, aldeas seguras" es un buen plan para poner a salvo a la población en caso de incendio, en un punto de encuentro y bajo las directrices de un "jefe" del pueblo".