Los restos fauna cinegética siguen siendo, a veces, un problema para los residentes en el medio rural, aunque en algunos casos sean una bendición para las especies necrófagas o carroñeras que buscan alimento con deseo.

De nuevo, tras un fin de semana de caza, los cadáveres de algunos cérvidos quedan abandonados, pero en el entorno de los pueblos, en caminos e incluso en las zonas de pastoreo. En Fresno de La Carballeda, una bandada de buitres alertó ayer de la presencia de un cadáver.

Esta vez el animal abatido era una cierva joven, de no más de dos años. Las altas temperaturas cerca de 26 grados dispararon las alarmas por el fuerte olor a descomposición. Algunos vecinos critican el hecho de abandonar estas piezas en lugares inapropiados.