La Guardia Civil, creada el 28 de marzo de 1844, se ha convertido por méritos propios en parte de la historia de la comarca de Aliste, Tábara y Alba durante los últimos 175 años y en un cuerpo de seguridad pública imprescindible para los pueblos en una zona amenazada por la despoblación y donde los guardias civiles son la garantía de seguridad ciudadana y de apoyo para las personas del medio rural, muy en particular de la tercera edad.

Así lo sentencian los más mayores: " Tras la Guerra Civil veías un guardia civil y estabas temblando, había respeto y miedo, a multas. Hoy los guardias civiles son un cuerpo cercano a la ciudadanía, dispuestos a ayudarte y si hay cualquier desgracia, siniestro, fuegos, robos o inundaciones, son los primeros en llegar. La mayoría de las personas que vivimos en el medio rural alistano somos muy mayores, tenemos más de 80 y 90 años, los pueblos se van quedando sin gente, y necesitamos la presencia diurna y nocturna de la Guardia Civil, nos inspiran confianza y pueden servir de disuasión a que los amigos de lo ajeno vengan a visitarnos".

El Salón de los Toriles de Alcañices, junto a la Casa Consistorial, acoge la exposición "175 años a tu lado" (1844-2019) con más de 200 piezas, algunas inéditas. Una muestra que afronta un recorrido cronológico desde la puesta en marcha de la Guardia Civil en Zamora hasta nuestros días, con un apartado especial dedicado a los agentes caídos. Se trata de una magnífica exposición que podrá visitarse de lunes a viernes, hasta el próximo día 13 de octubre, por las mañanas (de 11 a 14 horas) y por las tardes ( de 18 a 20).

En la actualidad la Guardia Civil concentra sus efectivos en la comarca de Aliste principalmente en la Casa Cuartel de Alcañices. La otra Casa Cuartel está en Fonfría y los municipios de Figueruela de Arriba y Mahíde reciben servicio desde el puesto de Villardeciervos ( al otro lado de la sierra de la Culebra).

La Raya con Portugal, con alrededor de 100 kilómetros de frontera compartida por Aliste y Tras Os Montes, llevó a que antaño, fueran varios los pueblos que contaron con puesto de la Guardia Civil como Riomanzanas, Ceadea y Villarino Tras la Sierra. Uno de cuarteles más importantes fue el de Las Figueruelas.

En el siglo XX uno de los pueblos que contó con Casa Cuartel, durante 18 años, fue Riofrío de Aliste, se construyó y abrió sus puertas en 1968 y se cerro en 1986. Estaba sitiado en la calle principal, edificio donde actualmente se ubica el tanatorio.

El 1909 el "Bajo Aliste" dependía de los efectivos ubicados en Ricobayo de Alba. La construcción del Salto de Ricobayo en el río Esla entre 1929 y 1934 trajo consigo, para su vigilancia, el incremento de los efectivos de la Guardia Civil que contaría con un puesto propio en el Poblado del Esla (Muelas del Pan), lo mismo que sucedería luego en las presas hidroeléctricas y poblados construidos en el río Duero: Villalcampo y Castro.

En 1945 fueron asesinados varios guardias civiles en la Raya con Galicia, uno de ellos era alistano, natural de Cerezal de Aliste. Dos años después las autoridades creaban en Cerezal un "somaten" -milicia formada por un cabo de la Guardia Civil y 10 hombres (todos casados)-, los cuales estaban subornidados en caso de intervención al Puesto de la Guardia Civil de Fonfría. Funcionó durante 19 años, hasta 1966, en que se disolvió la unidad. Un período que resultó pacífico, pues no prestaron ningún servicio, ni siquiera tuvieron que disparar ni una vez sola vez los fusiles con los que se les había dotado para desarrollar su labor.

Los efectivos de Ricobayo de Alba fueron los que el 6 de octubre de 1914 detuvieron a los ingenieros industriales Pedro Aguirre (España) y Nino Rodio (Italia) cuando efectuaban los primeros trabajos topográficos con vistas al aprovechamiento de saltos de agua en los ríos Duero y Esla en Alba y Aliste. Se les acusó de estar trabajando sin la autorización pertinente en terrenos fronterizos, al estar considerados estos, con arreglo al Reglamento de Costas y Fronteras de 1903, como zona militar. Gracias a la mediación de sus superiores en Madrid fueron puestos en libertad y por Real Orden de 13 de diciembre de 1914 se autorizo continuar con los trabajos, a Aguirre, pues se prohibió hacerlo a Rodio por ser extranjero.