A lo largo y ancho de toda la provincia de Zamora las campanas de las iglesias han sonado hoy a las 12 del mediodía para hacer oír la voz de la España vaciada, una España mal tratada desde hace décadas por las políticas de inversiones de los distintos gobiernos, una España en ocasiones denostada por la cultura urbanita, que hoy se ponía en pie para reivindicar sus derechos y el orgullo de ser de pueblo.

Desde las cabeceras de comarca como Bermillo de Sayago o Alcañices hasta los pueblos más pequeños, como es el caso de Prado, entre muchos otros, los vecinos hoy salían de sus casas, de sus ayuntamientos y colegios, de sus naves ganaderas, para guardar cinco minutos de silencio.

Cinco minutos en los que en muchos pueblos lo único que se oía era el sonido de las campanas imitando el latir de un corazón, primero despacio y después más acelerado, un corazón que despertaba por la España vaciada.