Josefa Martín Aparicio, que nació en Moreruela de Tábara el día 19 de septiembre de 1919, ha celebrado junto a su familia y amigos el centenario de su nacimiento. Hija del matrimonio integrado por Fernando Martín y Lucila Aparicio, ayudó desde muy joven en la labranza a su familia. Recuerda Josefa a sus padres como "dos personas muy fuertes y trabajadoras que también vivieron muchos años, 88 él, y 91 ella". Tuvo una hermana, Pilar, y son los hijos de esta, Pilar y Fernando, y sus seis hijos, la familia más cerca con la que cuenta la nueva centenaria que actualmente reside en la residencia San Juan Bautista de Ferreras de Abajo.

Recuerda todavía Pepita que fue a la escuela de Moreruela hasta los 14 años y tuvo una "maestra de verdad", Isolina, que se preocupaba porque los niños aprendieran y "yo aprendí" señala la centenaria. En aquellos tiempos existía en Moreruela la histórica y prestigiosa escuela de la Fundación "Sierra Pambley" a la que a Pepita le hubiera gustado ir: "Pero no llegué a tiempo a los exámenes" recuerda.

De su adolescencia todavía se acuerda muchas historias, "muchas de ellas buenas y otras malísimas que sucedieron durante la Guerra Civil: unos tiempos de auténtica pena en los que se vieron cosas muy feas y tristes". Se casó con 28 años, muy tarde para la época, pero disfrutó mucho de su soltería bailando. Su marido, Miguel Ferrero era también de Moreruela y de su misma edad. Vivieron de la labranza y no tuvieron hijos.

A sus 100 años, le gusta estar informada de los sucesos que ocurren y es lectora diaria de La Opinión- El Correo de Zamora. Agradecida por las felicitaciones, le resulta llamativo que la gente se sorprenda de su estado de salud: "soy una afortunada".