"La Administración se lava las manos mientras en los pueblos nos volvemos locos; tienen que dar una solución a este problema porque no sabemos cómo puede terminar esto". Jesús Ángel Tomás habla en la triple condición de alcalde de Pozuelo, agricultor y cazador. Como él, otros vecinos de este pueblo situado en las estribaciones de la Sierra de la Culebra son agricultores y cazadores atrapados por un conflicto que les toca de lleno. Porque la fauna salvaje daña sus cultivos y al mismo tiempo son responsables de esta situación como titulares cinegéticos.

Esa doble condición es la que hasta ahora ha frenado demandas de daños en las fincas. Pero la catarata de sentencias favorables a los agricultores y condenando a los cotos a pagar los daños está abriendo un camino de consecuencias impredecibles.

"Tal y como están ahora mismo las leyes, acaban con el mundo rural; antes había 15.000 cabezas de ganado en Pozuelo que daban de comer a 40 familias, ahora apenas quedan 1.500 y viven tres" se queja Jesús Ángel Tomás, quien advierte también del "enfrentamiento entre vecinos". De momento los directivos del coto de Pozuelo de Tábara dan por segura su extinción. Otra cosa será quién se responsabilice de los daños de la fauna salvaje. Porque la obligada indemnización a la que se enfrentan los cazadores está pulverizando los fondos del coto. "Teníamos 28.000 euros de remanente y de la caza mayor vendida pero a este ritmo se acaba el dinero y nadie se quiere poner al frente de la sociedad de cazadores. La que se nos viene encima en tremenda y, mientras, la Junta mirando para otro lado" concluye el alcalde de Pozuelo.