Hacía por lo menos 30 años que no se conocía una romería de la Virgen de la Carballeda sin la tradicional procesión de la patrona por las inmediaciones del Santuario. Ocurrió ayer. La lluvia que descargó a lo largo de la mañana en Rionegro del Puente impidió la salida de la imagen arropada por los devotos en el que es uno de los actos centrales de la fiesta.

La procesión fue sustituida por un acto de alabanza a la Virgen de la Carballeda dentro del templo. Una larga cola de devotos y devotas esperaba su turno para besar la medalla sobre el manto de la Virgen y reclamar la protección de la patrona, que en esta ocasión quedó al resguardo del agua para evitar el deterioro de la talla.

Con la excepción de la procesión, el resto del ritual religioso se desarrolló como es habitual. Las misas de la mañana para celebrar después la solemne, a las 13.00 horas, en esta ocasión a cargo del sacerdote Jesús Álvarez, párroco de la localidad leonesa de Cacabelos y vinculado a Rionegro del Puente porque fue su primer destino como párroco. En los pocos meses que estuvo en Rionegro, Jesús Alvarez y Celestino Mielgo, con el que compartía pueblos y casa parroquial en Rionegro, organizaron un impresionante belén viviente, en el que trabajaron decenas de personas de todas las edades y que en la Navidad de hace 35 años se representó con una asistencia masiva de gentes de muchos pueblos.

En aquel Belén, los papeles protagonistas era para Paco Mateos y Ludy Clemente, como San José y la Virgen María. Rubén Santiago, entonces un niño, hacía de ángel, apareciendo por encima de un tejado. Muchos de los protagonistas se reencontraron con Jesús Alvarez, en un emocionado encuentro, especialmente Paco Mateos y Ludy Clemente. Habían pasado 35 años sin verse. Y la huella que había dejado el sacerdote no se olvidaba.

La fiesta volvió a congregar a vecinos e hijos de Rionegro y de otros muchos pueblos del entorno, algunos incluso sin renunciar a su tradición de acudir a pie hasta el Santuario, como un grupo de personas desde Villanueva de Valrojo.

La lluvia no impidió la multitudinaria manifestación religiosa, aunque sí se notó una menor animación en la calle y en los puestos, quedando resentida la actividad comercial. Algunos, pocos, de los feriantes se marcharon a media mañana debido a que no cesaba la lluvia, pero la mayoría permanecieron toda la jornada. Más de un centenar de puestos repartidos por las proximidades del majestuoso Santuario de la Virgen de la Carballeda que la Cofradía de los Falifos pretende restaurar. Ente los invitados a la fiesta de ayer estaban historiadores y técnicos que trabajan en la memoria para presentar el proyecto de restauración.