Avelino García Román, uno de los religiosos más históricos, queridos y emblemáticos de la diócesis de Astorga y único tabarés que ha formado parte de las Air Force de Estados Unidos como capellán militar, falleció el pasado días atrás a los 72 años en la Residencia de la Tercera Edad "María Manor" de las Bon Secours (Hermanas del Buen Socorro) en Saint Petersburg (Beverly Hills & Florida).

La vida, su fe y su amor al prójimo, -ayudar a los demás era una de su máximas desde la predicación del Evangelio y la ayuda social y humanitaria-, le llevaron a ser el "Hijo pródigo" duran 66 largos años donde mantuvo siempre su amor a la tierra que le vio nacer, a donde regresaba siempre que podía: "Avelino era especial, una persona magnifica y un tabarés ejemplar, sentencian su paisanos.

García Román nació en el seno de una familia campesina de agricultores y ganaderos tabareses, a la vera de la Sierra de la Culebra, formada por Dionisio García y Josefa Román, el día 26 de enero de 1944, siendo el más pequeño de cinco hermanos. Corrían tiempos duros de penurias, miseria y hambre, tras la Guerra Civil: Dionisio y Josefa trabajaron duro, del alba a la anochecida, incluso cuando el sol se iba por Portugal y la luna era la única luz y guía en unos tiempos donde las esperanzas se tambaleaban; educaron a sus hijos con esmero y el benjamín eligió la vocación religiosa: la única forma que el hijo de una familia humilde hiciera carrera.

Don Gabriel, ese fue el primer maestro de Avelino en la escuela tabaresa. En 1953, con apenas 9 años, Avelino inició su primer viaje para ingresar en el Seminario de Astorga y allí su primer profesor fue el cura don Manuel. Poco podía imaginar que él estaría llamado a convertirse en el "cura viajero".

En los años cincuenta los medios de transporte, más aún en el medio rural, brillaban por su ausencia y el seminarista sólo volvía a Tábara en periodos largos durante la época estival para ayudar a su padres en las duras tareas veraniegas: zagal y pastor, vaquero y revecero, segando a hoz, acarreando en carro y trillando en "la era" cebada, centeno y trigo en bajo en abrasante sol de agosto dando vueltas en la parva sobre el trillo de Cantalejo tirado por dos vacas.

Fue la villa de Tábara cuna de grandes seminaristas, entre ellos Avelino García Román y Pío Santos Gullón. En 1964 cantaba misa don Paco y en 1967 el misionero Laureano Andrés. El día 21 de abril, de 1968 la Plaza Mayor de Tábara se vistió con sus mejores galas y allí el histórico obispo de la Diócesis de Astorga Antonio Briva Miravent ordenaba sacerdote a Avelino García Román y a su inseparable Pío Santos Gullón. El nuevo cura tabarés fue destinado para ejercer el sacerdocio por primera vez en las parroquias leonesas de Quintanilla de losada, Santa Eulalia, Encinedo, Robledo, Castrohinojo y Trabazos, donde su carácter abierto y sencillo ganó el cariño, el corazón y respeto de sus feligreses.

Con la aplicación del Concilio Vaticano II en plena ebullición, corría el año 1968, removiendo conciencias y costumbres, así como asumiendo compromisos evangélicos, llegaban los cambios en unos tiempos donde la Iglesia Católica estaba en todo y en todos. Avelino y Pío fueron parte del primer curso pastoral de la Diócesis de Astorga donde a los nuevos curas ya no se les rapó la coronilla y, aunque días antes llegaron como diáconos con sotana, ya podrían para ejercer el sacerdocio prescindiendo de ella e ir de traje como cualquier otro varón: pasaron a ser los actos en castellano y los curas dejaron de dar la espalda a los feligreses celebrando la misas de cara a ellos.

Fue Avelino un niño y adolescente muy inquieto y si con 9 año dejó Tábara por Astorga, con 28 y solo cuatro de evangelización en España, decidió convertirse en misionero y en 1972 emigró a la Diócesis de Saint Petersburg en Estados Unidos para ser el vicario de varias parroquias y párroco coadjutor de Holy Cross (Palmetto), Incarnation Parish (Tampa), Corpus Christi (Temple Terrace) y Saint Clement (Plant City).

Uno de los hitos históricos en la vida personal y religiosa de Avelino García Román tenía lugar en 1985 cuando se convertía en el primer religioso tabarés en formar parte de las Air Force de Estados Unidos. Allí iniciaba una larga etapa militar de 21 años en el ejército más grande del mundo, comenzando su andadura en la base militar de Washington DC y pasando luego por lugares tan dispares como Alaska, Islas Azores, Texas (San Antonio) y Nueva York (Plattsburg). Los años no pasaron en balde y cuando la edad comenzaba a pesar desarrolló su labor en los hospitales militares para veteranos de las Air Force en Boston y en Washington. En 2006 se retiró de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y regresó a Saint Petersburg donde ejerció 5 años en la parroquia de La Transfiguración, hasta que en 2011 inicio su última etapa en la parroquia Pur Lady of Grace de Beverly Hills (Florida) donde se jubilaba en 2016.

El Papa Benedicto XVI le otorgó a Avelino García Román en 2008 la distinción de Capellán de Honor de su Santidad. En 2018 celebró sus bodas de oro sacerdotales junto a Pío Santos Gullón. En sus visitas a tierras tabaresas ayudaba siempre que podía en las tareas religiosas a sacerdotes titulares de la parroquia de Nuestra Señora la Virgen de la Asunción como Timoteo Marcos Gamazo, José Manuel Ramos Gordón, Diego Miñambres Temprano y ahora a Carlos Hernández Prieto.

Los restos mortales de Avelino García Román descansan en Estados Unidos (Florida). La Diócesis de Astorga celebró el funeral por su eterno descanso en la iglesia parroquial de la Virgen de la Asunción de Tábara con la presencia de sacerdotes y vecinos de la Villa.