La jornada festiva en Pajares de la Lampreana brilló ayer gracias a un sol de justicia que se impuso sobre los campos de Zamora. En la Plaza Mayor el sonido de la charanga preludiaba la celebración para la que se preparaba el municipio y algunos de los clientes del bar del club de jubilados se animaban a echar un baile mientras, a las puertas del Ayuntamiento, se congregaba la comitiva que desfilaría en pasacalles hasta la ermita de la Virgen del Templo.

El cortejo lo abría la cruz guía seguida de la Corporación Municipal encabezada por la alcaldesa Mariángeles Camarón de Jesús, y continuando con los mayordomos de la Virgen, Manoli y Santiago, Miss y Míster Pajares, Laura y Jesús, y la Miss y el Míster infantiles, Ariadna y Marcos. Los jóvenes y niños que desempeñan estos cargos honoríficos son elegidos cada año por las peñas y los vecinos el día del chupinazo, y el 8 de septiembre ellos son los encargados de llevar a cabo la ofrenda floral a la Virgen del Templo.

El pendón de Pajares les esperaba orgulloso a la entrada de la ermita, que a la llegada del cortejo ya estaba completamente llena devotos de la patrona de la Tierra del Pan, procedentes no solo de Pajares sino también de muchos otros pueblos de la zona. Tradicionalmente todos los devotos de la Virgen del Templo acudían cada 8 de septiembre a Pajares con motivo de la Natividad de María, tanto que el pueblo acogía en esa fecha una afamada feria agrícola. La feria se perdió, pero el hecho de que la festividad coincidiera en domingo favoreció la afluencia de fieles de la patrona en este 2019.