Con una gran asistencia de público de Figueruela de Abajo y pueblos del entorno, ha tenido lugar la presentación del libro, "Yeshua, un muchacho de Nazaret", laureado con el segundo premio en el VI Concurso internacional de Novela "Contacto latino" de Ohio (EE.UU.) y escrito por Manuel A. Sanabria, natural de la localidad alistana.

Lola Fidalgo, profesora de literatura, presentó al autor y situó el contexto histórico de la novela haciendo hincapié en algunas huellas que el Imperio Romano ha dejado en Aliste, así como vocablos y signos de los inicios de la era cristiana que forman parte de nuestro bagaje cultural.

El autor explicó a las casi doscientas personas presentes la estructura interna de la novela y las claves de la misma para un mejor acercamiento. Indicó que se trata de unos hechos históricos novelados, donde todo gira entorno a la idea de Reino, entendido como el contexto geográfico y social que los seres humanos necesitamos para desarrollarnos e intentar ser felices. El problema surge cuando un mismo territorio es codiciado por diferentes fuerzas o imperios para imponer la idea de su reino.

El Imperio Romano, el Reino de Herodes y el propio pueblo judío con la dinastía asmonea al frente, chocan, compiten y se enfrentan por hacer de aquel territorio de Oriente Próximo un reino a su medida. Una vida dura, arbitraria y sacrificada forma parte de lacotidianidad de las gentes que viven a comienzos del siglo I en aquel territorio.

El rechazo de unos, la desilusión de otros, los altercados, revueltas y rebelión están presentes antes del nacimiento del protagonista de la novela. Finalmente, las legiones romanas imponen su ley y aplastan las aspiraciones del pueblo que ve truncada la idea de un reino hecho a su medida. Tras el estrepitoso fracaso, la idea de Reino entre el pueblo judío sufre una transformación. Despega de su anclaje geográfico para convertirse en un reino más virtual y elevarse al cielo. Comienza a hablarse de un Reino de los cielos, adquiere características de futuro para teñirse de un tinte escatológico a la espera de tiempos mejores venideros. Pero los más realistas creen que con Roma en su tierra no será posible y lo más sensato es achantar y sobrevivir. En cambio, entre los más idealistas surge la idea de un "nuevo Israel", con la esperanza de que Yahvé-Dios suscite un líder que lo haga posible.

Para ello se pide una transformación personal de la gente, han de convertirse para ser "hombres renovado y nuevos" para provocar la intervención divina. Llegado el momento, parecerá un "rey de reyes", un Mesías con amparo divino que unificará pueblos y ponga a cada imperio o nación en su sitio viendo en paz.