La villa de Fermoselle, que inició el mes con la llamada y el anuncio de la campana torera, entró el domingo en plena vorágine festiva con el pregón pronunciado este año por la joven promesa de la tecnología y de la programación Antonio García Vicente que, con solo 11 años de edad, según expresó, "represento un poco el pasado y el futuro".

Su intervención desde el balcón del Ayuntamiento estuvo precedida por una alocución del alcalde José Manuel Pilo Vicente, que definió la Plaza Mayor como "el ágora por excelencia de la villa, y que ha sido testigo de tantos y tantos acontecimientos que han marcado la vida de nuestro pueblo". Calificó las fiestas "de todos y para todos", y destacó la colaboración de las peñas en la elaboración "punto por punto" del programa. "Las peñas son la salvaguarda y el baluarte de nuestras costumbres" dijo el regidor. Aprovechó Pilo Vicente la ocasión para insistir en que "había que cambiar el rumbo de Fermoselle con la mejora e incremento de los servicios, infraestructuras y dotaciones del pueblo; y "con la lucha porque Fermoselle se desarrolle económicamente". El turismo y la concentración parcelaria son dos aspectos claves, y reiteró que "nos debemos al pueblo, ni a colores ni a siglas". Como el día de la toma de posesión, resaltó la fuerza de la unión.

El joven pregonero Antonio García Vicente tomó la palabra con la lección bien estudiada y, con llamativa soltura, animó a los presentes a luchar por las causas. Reparó en un fenómeno que ha marcado la villa de Arribes, la emigración", y aludió a su abuelo José Dacio Vicente Villarino, "fermosellano como vosotros. Él, como muchos otros, se fue del pueblo, hace muchos años, para buscar trabajo"; y a una familia que se dispersó por el mundo. "Quiero que mi pregón sea hoy un homenaje a todos ellos, a mi familia que está y a la que no, a los fermosellanos que se fueron y no pudieron volver, a los que nunca se marcharon y siguieron manteniendo la belleza de este lugar y a los que vuelven ahora orgullosos de sus raíces".

Tras dar un repaso a los recuerdos y al pasado inculcados por la familia, afirmó que "Fermoselle, aunque tenga tanta historia, la veo como un niño que le queda mucho por hacer y prepararse." e instó a la población a "pelear porque os mejoren las comunicaciones, las carreteras, los servicios públicos, para que así la gente joven no se vaya como pasó con mi abuelo y como sigue pasando. Que se dé la vuelta a la tortilla, y se produzca el efecto contrario, que sea gente de fuera quien venga y descubra las maravillas que tenéis aquí". ¡Mira que es bonito Fermoselle" dijo previamente.

Antonio García Vicente dejó claro que "no por no vivir en una gran ciudad tenéis que conformaros con no tener las cosas"; e hizo referencia a que "la gente se sorprende de que (en Villanubla) no tengamos que ir a Valladolid para aprender programación, robótica, ciencia. Solo necesitamos creatividad e ilusión". Denominó "virus bueno" al hecho de "hacer todo con ilusión y con pasión porque con ganas se consigue todo". "Si tenéis problemas por un lado, tenéis que crear soluciones por otro. Tenéis que ser creativos, aprovechar todo lo bueno que hay aquí, darlo a conocer y aprovecharos de las nuevas tecnologías actuales para que nadie más tenga que irse y que en pocos años, pase como en Villanubla, que Fermoselle se convierta en el centro real de los Arribes del Duero y un punto importante en la economía y el turismo de la provincia" manifestó.