El voluntariado de Fermoselle, formado generalmente por más de medio centenar de personas, prosigue con su práctica de dedicar ciertas jornadas a la limpieza y acondicionamiento de espacios urbanos y paisajísticos. En sus últimas misiones han procedido a la adecuación del Terradillo y del Montón de Tierra, con un patrimonio de bodegas más que llamativo, así como del Arenal de Cordero, Molino y Baños, en el cañón del Tormes, que suelen ser un lugar de visita y de recreación para los fermosellanos. Armados con las herramientas propias para despojar de hierbas y maleza los escenarios, desechando las mecánicas que puedan dar lugar a incendios, los participantes en estas labores de limpieza realizan una tarea eficiente y más que decorosa.