La parroquia de Nuestra Señora la Virgen de la Asunción de Nuez fue una de las pocas de la antigua Vicaria de Aliste que llegó a contar con una obra pía fundada por Martín Calbeche. Tenía una pieza de dos eminas, murada, de tercera calidad, y quince viñas en Trabazos. En cuanto a cargas, su poseedor Francisco Poyo, presbítero del pueblo, pagaba 150 reales de 50 misas rezadas, 12 de subsidio o a la fabrica de Nuez de Aliste por razones de piso.

Manuel Cid y Monroy, Visitador del Arzobispado de Compostela, que recorrió la comarca en 1791 dejaba constancia de la existencia en Nuez (ya entonces contaba con 75 vecinos y 250 personas de comunión) de dos cofradías: una de la Santa Vera Cruz y la otra de la Virgen del Rosario. La hermandad penitencial de la Santa Vera Cruz poseía hasta seis viñas y entre las cargas y gastos destacaba los 240 reales para cera y 8 de "una camisa que se gasta el Jueves Santo para curar las heridas de los penitentes".

Mientras la práctica totalidad de las parroquias, en lo que respectaba al repartimiento de diezmos, tuvieron como señor al Marqués de Alcañices, en el caso de Nuez tuvieron como señor temporal al Conde de Benavente.

Sobre la denominación de "Nuez", en el siglo XIX corría un dicho que aseveraba: "Hay mas nogales en Viñas y viñas en Nuez". Junto a Latedo fue Nuez uno de los pocos pueblos de Aliste que contó con un lagar para elaborar aceite.

Nuez de Aliste ha sido la auténtica cuna del folclore alistano donde han bebido la mayor parte de los folcloristas de los grupos y escuelas folclóricas que existen hoy día en toda la provincia de Zamora.