"Leticia Rosino Desde ayer una placa en el campamento "San Lorenzo" de Sejas de Sanabria hace perenne el recuerdo de quien fuera una de sus acampadas siendo una niña y después una de sus monitoras más recordadas. La joven tabaresa, agredida y asesinada por un chico de 16 años el 3 de mayo de 3018, deja una nueva semilla de su corta pero intensa trayectoria en su tierra, esta vez en el campamento "San Lorenzo" de Sejas de Sanabria, por donde han pasado miles de niños y niñas zamoranos.

También Leticia, quien durante tres años fue monitora en el centro que dirige el sacerdote Francisco García. Fue él quien ayer celebraba una de sus eucaristías más emotivas, con el recuerdo y el reconocimiento hacia la joven "Lety", cuya vida fue quebrada a los 32 años por la brutal agresión de un menor en Castrogonzalo, donde ella trabajaba.

Francisco Díez García ("don Paco" para todos) evocó en la homilía los valores de Leticia Rosino, a quien conocía, y tuvo palabras de aliento para su familia, muy especialmente su madre, Inmaculada Andrés, que una vez más se armó de valor para estar presente en el homenaje a su hija. "Estos días son agridulces; es durísimo tener que asistir a estos actos y sin embargo es bonito que se recuerde a Leticia, que se hable de ella" expresaba a este diario su tío Santiago Fresno.

"Queríamos reconocer su figura, el contacto que tuvo con los niños. Leticia era una persona encantadora, con un carácter amable y una sencillez desbordante. Dejó una huella impresionante", apuntaba el sacerdote Francisco García sobre la joven tabaresa.

Tras la misa, familiares, monitores y niños y niñas acampados en Sejas se dirigieron al albergue donde se descubrió la placa. Leticia ya permanece en un lugar de honor, junto a Alfonso, Faustino y José María, fundadores junto a "don Paco" del albergue de Sejas. Han transcurrido 47 años desde que este proyecto juvenil iniciara su andadura a orillas del Río Negro, recibiendo cada verano a decenas de jóvenes que pasan unos días inolvidables de ocio y aventuras, también de convivencia.

Ayer, los niños y niñas que durante estos días disfrutan del campamento, junto a los monitores, entonaron la canción "De color esperanza" y se fundieron en un aplauso en recuerdo de Leticia Rosino. Su madre agradeció este nuevo gesto y acto de reconocimiento de los muchos que ha recibido su hija desde que fuera vilmente asesinada. La sociedad zamorana no la olvida y su familia vela por su recuerdo a través de la Fundación Leticia Rosino, uno de cuyos empeños es la batalla por la modificación de la Ley del Menor para que se endurezcan las penas relacionadas con delito sexuales.