La piscina municipal de Palacios de Sanabria entraña un serio riesgo de accidente por caídas, por el abandono de las instalaciones y por la falta de mantenimiento, como han denunciado representantes del grupo de la oposición, Ahora Palacios, Vime, Remesal y Otero. El acceso al recinto de la piscina está permanentemente abierto, con lo que cualquier persona puede entrar sin ningún problema a la zona, máxime un niño, ya que las instalaciones están situadas al lado del Centro escolar.

La portavoz de la oposición, Irene Fernández Vidueira, incidió en que la puerta de acceso está permanentemente abierta por la rotura del candado y permitiendo el acceso libre a todos los niños, personas y animales que tengan a bien adentrarse en este lugar.

El abandono de las instalaciones ha sido progresivo por falta de uso. Desde hace más de dos décadas no se utiliza pese a las obras que se ejecutaron para su actualización a la normativa que entró en vigor y que obligaba a colocar un cerramiento alrededor de las piscina para evitar accidentes.

Los edificios de bar, vestuarios y botiquín están totalmente desmantelados, con los cristales rotos y algunas puertas abiertas, como la de acceso al botiquín, con la posibilidad de que cualquiera pueda entrar, como de hecho ocurre, según afirman las fuentes denunciantes.

El problema más grave está en el vaso de la piscina, que permanece sin agua, salvo cuando se acumula por la lluvia y las precipitaciones, y que es un hábitat propicio para las ranas e insectos. Las losetas del perímetro del vaso están levantadas y rotas. El interior de la piscina se ha convertido en un vertedero donde lo mismo hay una camilla médica que sillas, ruedas grandes que mesas escolares. La zona que rodea la piscina acumula maleza, insectos y reptiles.