La artesanía en todas sus modalidades desembarcó ayer en la travesía de la Travesía de América, animando una de las calles más espectaculares del Conjunto Histórico de la villa cervata. Doce artesanos de las comarcas de Carballeda, Sanabria, Aliste, Sayago, Los Valles y Zamora participaron en feria organizada por los propios artesanos del municipio.

Ignacio Alonso, uno de los responsables de la iniciativa, señala que reconoce como una ventaja el que todos los participantes se conocen y coinciden en las ferias. Para los artesanos más pequeños tiene menos coste económico poder organizar ferias de este tipo en las que participan otros creadores de comarcas cercanas.

Desde Cabañas de Aliste se desplazaron Carlos Pérez y María Isabel del Río con su colección de piezas de cerámica bajo la marca "Creámica". Carlos y María Isabel se reparten la parte creativa, el montaje de las piezas de bisutería y la presencia en las ferias. Llevan varios años participando en la feria de Villardeciervos, desde la primera feria medieval que se organizó en la villa Cervata. Las ferias pequeñas cumplen las expectativas de los pequeños artesanos, por el enclave y la participación del público. Carlos reconoce su preferencia por el taller "me gusta más hacer que vender", aunque acude a las de Zamora, Valladolid y Ponferrada.

Víctor Manuel Neches y Eladio de Castro tienen uno de los puestos más llamativos con decenas de piezas de marquetería de Manualidades Vega del Esla. Algunos de los trabajos de la exposición requieren entre 160 y 180 horas de trabajo, aunque su mayor obra es la reproducción de Notre Dame que les supuso 800 horas de trabajo. Su mayor deseo es poder enseñar a los más jóvenes "a hacer marquetería, lo mismo que sus padres aprendieron en EGB". Su catálogo de trabajos incluye piezas de pirograbado y tallado en madera.

Entre las demostraciones de la jornada, una lección de corte tradicional y artístico de tablas de queso, con productos zamoranos.

Los vecinos de Villardeciervos se animaron a visitar el mercado artesano y hacer las compras y pasar una buena tarde, después de refrescar el calor en el embalse.