La ganadería de Fresnadilo de Sayago sigue siendo víctima de los ataques de los lobos y nueve ovejas muertas y otras tres heridas es el balance que dejaron los cánidos en la explotación de José Manuel Garrote. El suceso ocurrió en la noche del domingo al lunes y estas pérdidas vienen a sumarse a otros cinco animales muertos en los últimos días según expresa el ganadero, que sostiene que la solución de este problema pasa porque "en la zona no haya lobos".

La certificación de que el estrago es una obra de lobos lo suscriben los agentes medioambientales, pero con la controversia de que uno de ellos no apuntaba a ciencia cierta por el citado cánido al tener sus dudas de que hubieran sido perros. Es una cuestión de enjundia en este pueblo desde hace casi una década, donde se tratado de comprobar y demostrar qué animal es el causante de las muertes de las reses de ovino, aunque en la mayoría de los casos se carga al lobo. Para José Manuel Garrote, sean lobos o perros, la cuestión es que en Fresnadillo la siega de ovejas es una constante y en conjunto se ha perdido todo un rebaño de animales.

Tropezó con los animales en la mañana del lunes al acudir al lugar donde contaba con más de un centenar de cabezas. Destaca que todo sucedió en las proximidades del pueblo, a una distancia de "veinte o veinticinco metros de una vivienda". Se trata de ovejas de leche porque han parido recientemente.

Pone de manifiesto que desde que puso en conocimiento de la Guardería Medioambiental los hechos, hasta que se personaron los agentes para certificar las muertes, fue necesario realizar una continuada labor de vigilancia porque los buitres dieron con ellas en las primeras horas de la mañana. "Tuvo que estar un vecino todo el día en el lugar".

Fresnadillo fue uno de los escenarios de visita elegidos por una comisión de técnicos de la Unión Europea para ver de cerca el problema del lobo y tratar de buscar soluciones entre la presencia del lobo y el mantenimiento de la ganadería extensiva para conseguir compatibilizar al predador con la práctica ganadera. Conversaron con ganaderos de la zona en septiembre de 2017 y tuvieron ocasión de observar in situ el territorio que pisan el lobo y las ovejas. José Manuel Garrote afirma no haber notado ningún avance hasta la fecha.