Once colmenas destruidas es el balance del último ataque de oso según ha corroborado la Guardería Medioambiental. Tuvo lugar en San Ciprián de Sanabria, del término municipal de San Justo, en la vertiente zamorana de la Sierra de Cabrera. Los destrozos fueron detectados el pasado fin de semana y denunciados al servicio Territorial de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León.
Los daños producidos en las once colmenas instaladas, en el paraje de El Cargadero, a dos kilómetros de San Ciprián, han sido ocasionados por un oso, una vez que fueron despejadas las dudas iniciales del apicultor afectado. El plantígrado desquició, en su afán por hacerse con la miel, 11 núcleos nuevos instalados recientemente.
El viernes de la pasada semana, cuando revisaron la explotación, se encontraron con las colmenas tiradas por el suelo y las sospechas previas recayeron sobre un tejón como posible autor del destrozo. De los once núcleos se pudieron recuperar siete, y se tomó la precaución de asegurar las colmenas colocando piedras encima de la caja para evitar que las volviera a desmantelar. Al menos en tres ocasiones ha repetido su visita el oso a las colmenas. Para descartar que era un tejón se avisó a otro apicultor de la zona, con mayor experiencia, para asegurarse de sus sospechas.
Las evidencia descartaron al tejón. A las ocho y media del lunes, miembros de la Guardería Medioambiental, acompañaron al apicultor hasta El Cargadero para hacer la inspección y el informe de daños. Una huella nítida y rastros de garras "el DNI del oso", en palabras del apicultor, en la cera y en alguno de los cuadros examinados por la Guardería Medioambiental, dejan poco margen de duda del autor. Algunas de las colmenas aparecieron desplazadas a una decena de metros, lo que descarta al tejón y al zorro.
En las inspecciones de las últimas fechas se han recogido muestras de pelo encontradas por el apicultor, pendiente de resultados, que apuntan nuevamente la presencia del oso en esta zona de la Sierra de la Cabrera sanabresa.
El apicultor ha destacado la celeridad con la que ha intervenido el personal de la Junta que le han facilitado un pastor eléctrico para proteger el colmenar, aunque en este caso lo instalará en otro asentamiento cercano para prevenir los daños de mayor cuantía, al ser colmenares de mayores dimensiones que, aunque están cercados, no cuentan con la protección del cercado eléctrico que es disuasorio. Se han instalado cámaras para controlar de nuevo su aparición en la zona, además de intensificarse otro tipo de vigilancia presencial.
Se han tramitado de forma inmediata la solicitud del pago de daños, al tratarse de una especie protegida.
El apicultor estudia solicitar ayudas a la adquisición de pastores eléctricos, aunque se encuentra con el problema de que son ayudas puntuales que se convocan dentro de un determinado plazo y a las que no pueden acogerse los apicultores que sufren daños fuera de ese plazo. Dentro del problema particular, el ataque no se ha producido en uno de los asentamientos importantes de su explotación, sino en un colmenar que se acababa de instalar.
En la zona hay otros asentamientos de apicultores del pueblo vecino de Rábano de Sanabria, del municipio de San Justo, que también se disponen a proteger sus colmenas con pastores eléctricos, aunque están a expensas de conocer las líneas de ayuda al tratarse de una especie protegida. En la zona no hay constancia de daños en las colmenas en la historia reciente, aunque históricamente sí hay indicios de la presencia del oso por el cerramiento de los colmenares con muros de piedra, que aún se conservan como patrimonio etnográfico.
