El uso de atractivos artesanos para erradicar la avispa asiática, elaborado a base de bebidas y productos de golosina que atraigan a la velutina, es un método utilizado por algunos apicultores que, de este modo, han tratado de capturar a la exótica especie, de demostrar su presencia en la zona o de quitarla de la escena.

Los profesionales, sin embargo, desaconsejan estas artes domésticas por el negativo efecto que tienen sobre el resto de los insectos y de la biodiversidad. Al no ser un método selectivo, y llevarse por delante abejas y una diversidad de insectos, los expertos advierten de que es más el daño que ocasionan que el beneficio que conllevan semejantes brebajes o ungüentos. "Por capturar cuatro avispas asiáticas llenaban una parte del recipiente con otros insectos. ¡Una salvajada!" al decir de uno agente medioambiental asistente a uno de los cursos intensivos impartidos sobre la avispa asiática en diferentes puntos de la comunidad, entre ellos Villardeciervos.

Un importante número de agentes medioambientales han asistido a estos cursos -alguno en Valladolid- impartidos por bomberos, y en los que se ha informado sobre los aspectos esenciales de avispa velutina, sus características, procedencia y expansión territorial, forma de desarrollarse, hábitat y, con especial hincapié, en los métodos para combatirla. También sobre las diferencias que distinguen a unas y otras avispas para despejar al incertidumbre que existe y que lleva a confusiones y a preocupaciones innecesarias, que están basadas en el desconocimiento.

Ponen de relieve la importancia de controlar la colonización de esta especie invasora "porque la apicultora es un sector económico, generador de riqueza y de productos de calidad, y esta especie depreda abejas que tienen un papel sobresaliente en la polinización". Empero, se subraya que "habrá que mitigar los efectos pero habrá que aprender a vivir con ella porque erradicarla es imposible".

El control exige unos métodos más específicos y, entre los no recomendados, está el del manejo de recipientes con productos elaborados porque atraen a otras especies no es selectivo en absoluto. "Hay que ir a acabar con el nido" señalan fuentes de la Guardería Medioambiental, a través del arpa eléctrica, "que aprovecha la forma de vuelo de la asiática y no afecta a las abejas" e incluso otros como la destrucción del nido de un cartuchazo. Es una invasora reciente en la comunidad castellano leonesa y en otros puntos y, para frenar su asentamiento, no faltan las iniciativas y las ingeniosidades. "Ha surgido una industria inventiva de lo más variopinto en torno a la avispa asiática, sin excluir los drones y los insecticidas" expresa el agente.

La Guardería Medioambiental agradece la realización de estos cursos "porque te ponen al día con gente con experiencia e indican cómo hay que actuar en cada caso, qué técnicas utilizar, los ciclos reproductivos, saber cómo van haciendo el nido hasta conseguir el panal".

Confían los agentes en que la Junta de Castilla y León vaya más allá y se dote a los efectivos de medios y recursos para la detección y destrucción de los nidos de la exótica. La cuadrilla o las personas que tengan que afrontar la erradicación nidos deberán ir equipados con trajes especiales "porque tiene un aguijón bestial", y deberán contar con elevadores "hidráulicos" para acceder hasta los nidos.

En el descubrimiento de nidos, en aquellas comunidades donde está asentada como Galicia, existen dos fechas esenciales como es la llegada de los veraneantes a los pueblos y la reapertura de los centros escolares.

Para algunos agentes medioambientales no ha dejado de sorprenderles que "una avispa que se presenta como que es el demonio o una peste", resulta que en otras latitudes forma parte del ecosistema, "se convive con ella y se recogen sus larvas para comerlas".

La formación sobre la avispa velutina ha sido reclamada tanto por agentes medioambientales como por los apicultores tras detectarse la presencia de esta especie en la provincia. Fue una apicultora de La Tejera quien dio la voz de alarma con la captura de dos ejemplares que, seguidamente, confirmó la Junta de Castilla y León instaló una serie de trampas para reafirmar su presencia.