La festividad de los apóstoles Pedro y Pablo coincidía este año en fin de semana y aun así la afluencia fue menor de la esperada. Cada vez queda menos gente en los pueblos y los emigrantes prefieren julio y agosto para regresar de vacaciones a su patria chica.

San Pedro de las Herrerías vivió su momento de mayor explendor hacia 1947 cuando alcanzó los 113 habitantes. A partir d ahí vendrían años de vida y gloria gracias en parte al campamento juvenil "San Ignacio de Loyola" y a la estación del ferrocarril por donde llegaban los pacientes a ver al curandero Simón, camino de San Cristóbal, y a donde iban los portugueses a coger el tren en los inicios del éxodo rural de la región de Tras Os Montes a Francia.

Este año san Pedro, allá en "Las Herrerías", vivió la soledad, pero no estuvo totalmente sólo. Marcelino Gutierrez Pascual oficio la misa, ante solamente 16 feligreses, poca afluencia para un "Día Grande" y más teniendo en cuenta que entre ellos los había llegados de Alcañices, Pobladura, Boya y Mahíde. La mayoría de la tercera edad, por lo cual, san Pedro se tuvo que quedar en su retablo. No hubo procesión.

Habrá que esperar a agosto para recobrar la fiesta con procesión y bailes. Seis son los residentes habituales en invierno, y para agosto se llegará al medio centenar, y los días 11 y 12 tendrán una nueva fiesta. Se cumplió con la tradición de cambiar al mayordomo de la iglesia de San Pedro, dejó el cargo Valentina Domínguez Romero y entró Esperanza Pérez Gago.

Más suerte hubo en Gallegos del Río donde san Pedro volvía a procesionar arropado por vecinos y emigrantes, a pesar del descalabro poblacional que pasó de 335 habitantes de 1949 a los 49 de 2019. La noche del sábado al domingo "la era" fue un auténtico hervidero de gente que disfrutó de la verbena popular a cargo de la orquesta "La Misión", con el eurovisivo Basty Piñero Camacho.

En Matellanes, concurrida misa oficiada por Teo Nieto Vicente y cena para todos los vecinos del pueblo a base de carne a la brasa. La verbena popular contó con la actuación de la orquesta "Akuarius" y ayer Aulas de Música de Aliste y Tras Os Montes puso la muestra folclórica.

Cada vez son más los pueblos donde es imposible hacer las procesiones al carecerse de personal: "Somos pocos y la mayoría octogenarios". Para celebrar una procesión patronal hacen falta al menos 10 voluntarios: 4 para portar la imagen del patrono (mozos) o patrona (mozas), 2 para llevar las farolas (alcalde y concejales), el mayordomo con la cruz de plata y 2 monaguillos: estos últimos en muchos pueblos están extinguidos (no queda un solo niño o niña) y no es extraño ver a jubilados recuperar el oficio que hicieron en la niñez. El problema se complica cuando patronal y Corpus coinciden, pues hacen falta otros 6 más para el palio. Sentencia un anciano: "Encima el patrono está en lo más alto del retablo, estamos la mayoría como para subir a bajarlo con 80 y 90 años. Igual nos caemos y terminamos en el hospital en vez de en la procesión, Mejor esperar a que vengan los más jóvenes en los meses de julio y agosto".