El Santuario Mariano Diocesano de Peregrinación de Nuestra Señora la Virgen de la Salud de Alcañices ha iniciado un nuevo ciclo que llevará a la celebración del centenario de la actual imagen mariana realizada por Antonio Tena que procesionó por primera vez un ya lejano día 2 de julio de 1920.

La devoción a la Virgen de la Salud se retrotrae más allá de los cinco siglos en un monasterio situado entre lo que hoy son los pueblos de El Poyo, Ribas, San Blas y Viñas. La nueva historia comenzó cuando los frailes descalzos de la Orden Tercera de San Francisco decidieron construirle un majestuoso santuario, cosa que consiguieron gracias a la ayuda moral y económica de los primeros marqueses de Alcañices, Francisco Enríquez de Almansa e Isabel de Ulloa y Castilla, los cuales también respaldado el hospital de San Nicolás de Bari y la Alhóndiga Pan de Pobres. 475 años han pasado desde que en 1543 se levantara el Convento de San Francisco y la ermita de la Virgen de la Salud.

Durante alrededor de 373 años se veneró la imagen original, hasta que fue convertida en cenizas por el incendio que provoco una vela que se dejó olvidada y encendida en pleno verano: la noche del 16 al 17 de agosto de 1919. Tras muchos meses de angustia e incertidumbre un devoto, Francisco Aguiar Pérez, conocido industrial de la villa, encargaba la actual imagen al escultor José Tena de Valencia y la donaba, llegando a la villa justo para procesionar el 2 de julio de 1920. En la romería de 1918 hubo misa y procesión como cada sucede año, pero no procesionó la Virgen de la Salud, -la antigua se había quemado y la nueva no estaba terminada-, por lo cual se procesionó con otra imagen de la Virgen María de Alcañices.

No fue esta la única vez que las llamas se cebaron con el santuario mariano. El incendio más devastador se produjo en 1715 y originó tales daños que durante 198 años el templo sobrevivió a duras penas y era tal su deterioro que para evitar desgracias personales durante las celebraciones religiosas el alcalde Ángel España se vio obligado a cerrarla al culto en 1913. Tras la Desamortización de Mendizábal el templo de la Orden Tercera de San Francisco pasó a ser propiedad del Ayuntamiento. A ello se debió que la decisión llegase del alcalde de la villa y no del obispo.