La sequía empieza a hacer estragos en el abastecimiento de los pueblos

"El problema es que el agua no llega al pueblo, lo cortan diariamente, sin avisar ni tener un horario fijo ni una duración conocida. Pones la lavadora y cuando te das cuenta han cortado el agua y la máquina estropeada" lamenta uno de los vecinos de Brandilanes.

El temor de los habitantes de este pueblo, que como en todo el medio rural aumenta su población con la llegada del verano, es el agravamiento del problema cuando se agote del todo el manantial "porque no habrá agua en ningún momento del día y eso es lo que queremos evitar".

Tras las importantes deficiencias en el servicio sufridas hace dos años han llegado a hacer hasta cinco sondeos, pero "ahí quedaron, ni se metieron bombas, ni se hizo canalización ni nada" denuncian en el pueblo. Todo ello sin contar el coste de las perforaciones.

Se quejan de la "pésima gestión" del servicio. "Nadie paga el agua porque no van a leer los contadores ni se factura nada, hay fugas grandes en la tubería que va desde el depósito hasta el pueblo y encima, al no haber un control del consumo, muchos vecinos riegan huertos con esa agua".

Ante esta situación, reclaman el aprovechamiento del agua "de una ribera preciosa por donde pasan millones de metros cúbicos durante el invierno y la primavera, pero se desperdician absolutamente. Con una presa eso no pasaría y habría agua para los huertos y el ganado, también para los incendios, sin tener que tirar de la única opción posible ahora, que es usar el agua potable para esos menesteres".

Además de Brandilanes, la Diputación ha abastecido este mes de junio con camiones cisternas a los pueblos de Benegiles, Villamor de los Escuderos, Arcenillas, Sejas de Aliste. En todos los casos por problemas de escasez de agua