El prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el cardenal Angelo Becciu presidirá la ceremonia de beatificación de 14 religiosas mártires de la Orden de la Inmaculada Concepción, que se desarrollará hoy en la Catedral de Santa María la Real de la Almudena de Madrid. Entre las monjas concepcionistas que serán beatificadas están las hermanas Inés y María del Carmen Rodríguez Fernández, nacidas en Avedillo de Sanabria. El Papa Francisco firmó el decreto de martirio para las 14 religiosas, tras los trabajos de beatificación iniciados en el año 2002 y clausurados en 2010. Además de las hermanas nacidas en Sanabria y conocidas como las mártires de El Pardo, figuran para su beatificación 10 hermanas del monasterio madrileño de San José y 2 hermanas de la comunidad toledana de Escalona. Los único cuerpos recuperados fueron los de Inés y María del Carmen, enterrados desde 2015 en la casa madre de las concepcionistas franciscanas de la Orden de la Inmaculada Concepción en Toledo. Inés Rodríguez Fernández, madre Inés de San José, nació en Avedillo el 2 de noviembre de 1889. El 14 de octubre de 1908 ingresó en las concepcionistas del monasterio de El Prado. En 1935 fue elegida abadesa, con anterioridad fue maestra de novicias. Murió a los 47 años de edad y a los 28 de vida religiosa, bajo la palma del martirio.

María del Carmen Rodríguez Fernández, sor María del Carmen de la Purísima Concepción, nació en Avedillo el 28 de octubre de 1895. El 16 de junio de 1914 entró en el monasterio de El Pardo. Era la hortelana de la huerta conventual, humilde, natural y sencilla. Murió martirizada a los 41 años, tras 21 de vida en el convento.

El 21 de julio de 1936, las religiosas fueron expulsadas del monasterio y acogidas por varios vecinos en sus casas. Las hermanas se refugiaron en la casa del capellán del monasterio y posteriormente en casa de otro matrimonio. Tras ser descubiertas por los milicianos fueron apresadas junto con la familia que las acogió. Las hermanas lograron que el matrimonio fuera liberado.

En la madrugada del 22 de agosto fueron llevadas por la carretera de Aragón hasta Vicálvaro, donde fueron insultadas y fusiladas en un descampado. Los cadáveres fueron arrojados a las puertas del cementerio, donde el enterrador los fotografió y enterró en un lugar que marcó secretamente.

Los dos cuerpos fueron identificados el 24 de mayo de 1939 por la fotografía tomada por el sepulturero. Los restos fueron trasladados al cementerio del monasterio de El Pardo. Tras el cierre del monasterio en 2015 se procedió a su traslado, el 28 de noviembre, a la casa madre de Toledo, donde se veneran junto con los restos de la fundadora de la Orden , santa Beatriz de Silva.