Agentes medioambientales de la Comarca Forestal de Aliste rescataban ayer a un buitre leonado (Gyps fulvus) en el término municipal de Rabanales. El aviso lo daba una pastora que cuidaba su rebaño en el valle del Arroyo Cebal, a la altura de "La Llagona". A lo lejos y colgado de una encina vio cómo algo grande se movía, creyendo a primera vista que sería un saco marrón o un trapo, pero la ausencia de viento en ese momento le hizo sospechar y al acercarse al lugar comprobó que se trataba de un enorme buitre colgado de una rama de encina por una pata.

Inmediatamente se puso en contacto con los agentes medioambientales de Aliste, desplazándose hasta el lugar y armados con fuertes guantes, tijeras y sierras, consiguieron liberar al exhausto animal.

Comprobaron que un cúmulo de mala suerte había hecho que terminara enredado en el árbol: por un lado una cuerda de alpaca que llevaba atada la pata de un cerdo, que estaba comiendo el buitre, se enredó en la pata del ave.

Éste salió volando con la pata de cerdo colgando de la suya y al posarse en el árbol se enredó en sus ramas y quedó colgando boca abajo. El ave, aunque agotada, se defendía con bravura con su fuerte pico hasta que los agentes medioambientales consiguieron descolgarlo del árbol, bajarlo al suelo y liberarlo de sus ataduras. Comprobaron que no tenía ninguna extremidad dañada, lo hidrataron y ahora mismo está siendo llevado al Centro de Recuperación de Animales Salvajes de Villaralbo.

Aunque este buitre estaba muy lejos de su lugar de cría, si que es común que los buitres campeen por tierras alistanas en busca de algún cadáver, pues en estas tierras, en las que todavía hay muchas cabañas ganaderas, es fácil encontrar alguna oveja muerta que su dueño no vio y que muriera en algún parto difícil, por vieja o muerta por el lobo y que al final no llegó a comer.

En el CRAS de Villaralbo el buitre será atendido por un equipo de veterinarios y una vez que se recupere se le dejará libre, pero esta vez no en el lugar donde fue encontrado, si no en Sayago, en pleno Parque Natural Arribes del Duero, de donde casi con toda seguridad provenía el ave carroñera.