La Guardia Civil de Tráfico investiga si un conductor de autobús trabajaba bajo los efectos de sustancias estupefacientes cuando trasladaba a un grupo de escolares. El chófer, empleado de una empresa asturiana de transportes, llevaba de vuelta a casa a 42 alumnos de un centro educativo del municipio ovetense de Pola de Siero, que acababan de terminar un campamento de inmersión lingüística de inglés en Ledesma (provincia de Salamanca). El modo de conducir y el comportamiento del chófer llamaron la atención de uno de los profesores, quien dio la voz de alarma a las autoridades a la altura de Corrales del Vino.

El incidente se saldó sin consecuencias para los menores gracias, en parte, a una casualidad, ya que el conductor del autobús decidió hacer una parada en la gasolinera de Corrales, donde en ese preciso momento se encontraba también una patrulla de seguridad ciudadana de la Guardia Civil, según ha podido saber LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA. El docente decidió aprovechar el rato en el que los estudiantes iban al cuarto de baño o tomaban el aire en el exterior de la gasolinera para explicar discretamente sus sospechas a los agentes.

Enseguida la patrulla dio aviso a una unidad de la Guardia Civil de Tráfico que en esos momentos estaba en Morales del Vinoy esta salió al encuentro del autobús, que continuaba su ruta hacia el norte.

Los agentes de Tráfico pudieron interceptar al vehículo en la autovía A-66, muy cerca ya de Zamora capital. Una vez detenido el vehículo, los guardias evacuaron a los 42 niños a un lugar seguro y sometieron al conductor a la prueba de alcoholemia y al test de consumo de drogas.

El resultado de la prueba de alcoholemia dio negativo, pero el test de drogas arrojó un resultado positivo en cocaína y opiáceos, por lo que los guardias impidieron que el chófer siguiera conduciendo y avisaron a su empresa de la situación. La compañía entró en contacto con una empresa de autobuses de Zamora que fletó otro vehículo para trasladar a los 42 menores a su casa en Asturias.

Sin embargo, el resultado del test de drogas practicado por la Guardia Civil "se considera una prueba indiciaria", aclara el jefe provincial de Tráfico de Zamora, Eduardo Polo, y no es suficiente para determinar si una persona ha consumido ciertas sustancias. Por eso, el trabajador quedó en libertad y la Benemérita está a la espera de conocer las conclusiones del examen de la sangre del conductor, que se está analizando en un laboratorio de La Coruña y que tardarán "siete u ocho días" en llegar. Sin los resultados definitivos "no se abre un atestado judicial", insiste Polo. De las conclusiones concretas de ese análisis dependerá también qué tipo de consecuencias sufrirá el conductor, en caso de dar positivo, ya que no acarrea la misma sanción el consumo de sustancias estupefacientes en las horas inmediatamente anteriores a la conducción que en los días previos. Las sanciones pueden ir desde una multa de 1.000 euros y la pérdida de seis puntos del carnet hasta un delito penal.

En cualquier caso, los 42 menores llegaron sanos y salvos a su destino en un autobús fletado desde Zamora, y desde el centro escolar de Pola de Siero insisten que "los niños están bien", según recoge LA NUEVA ESPAÑA. El rotativo asturiano relata también que la empresa de autobuses lamenta lo ocurrido y asegura que "el chófer había tenido hasta la fecha una correcta e intachable conducta laboral", y que gozaba de una alta valoración dentro de la plantilla de la empresa.