La escasez de precipitaciones el pasado invierno y, sobre todo, esta primavera, preocupa a los agricultores de la provincia de Zamora que han visto cómo su trabajo se ha echado a perder en la última semana debido a las elevadas temperaturas alcanzadas desde el mediodía y por las tardes.

Los sindicatos agrarios ya han dado la voz de alarma y advierten de que las consecuencias para los profesionales del campo en algunas provincias de Castilla y León serán tan desastrosas como las sufridas durante la sequía del 2017, hace solo dos años.sequía del 2017

Zamora se lleva la peor parte esta primavera, junto a las provincias de Ávila, Salamanca, Segovia y el sur de Valladolid, las zonas donde se perdería entre el 50% y el 70% de la cosecha de un año normal, según los cálculos difundidos ayer por la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA). Estas estimaciones coinciden con las ofrecidas por la Unión de Campesinos de Castilla y León, según las cuales las cuales en el conjunto de la Comunidad las expectativas de la cosecha se han reducido a unos 1.300 kilogramos por hectárea, cuando la media de los últimos años es de unos 3.250 kilogramos. En las zonas donde la situación es más extrema "posiblemente no se llegue ni a los mil kilos".

En las comarcas más afectadas por la sequía el cereal ha crecido tan poco que "los agricultores no van a entrar a las parcelas a segar porque el coste de utilizar la maquinaria no compensará el grano obtenido", advierten desde la UPA.

De igual modo, los ganaderos de extensivo están sumamente preocupados por la falta de pastos, y en algunas zonas a esta problemática se une que hayan desaparecido las charcas donde abrevan las reses. En la comarca de Aliste, donde la práctica extensiva es muy habitual, la mancomunidad "Tierras de Aliste" ha tomado la iniciativa y ha puesto a trabajar el tráiler nodriza de sus bomberos para tomar agua del embalse de Ricobayo con la que rellenar varias charcas para el ganado en distintos puntos de la Raya.

Ante esta situación, la organización agraria UPA reclama a la Administración regional que "convoque un Consejo Regional Agrario de forma extraordinaria", ya que "urge la toma de decisiones de forma excepcional con medidas concretas que palien el desastre económico que se avecina para los agricultores y ganaderos, cuya falta de liquidez es notoria". En este sentido, UPA reclama que se aplace el pago del capital del préstamo del año 2017 y que se condonen los intereses del mismo, cuya fecha de pago tendría que realizarse este mismo año.

De igual modo, UPA reclama medidas de tipo fiscal y un adelanto de la PAC, además de actuaciones extraordinarias y directas para sectores especialmente dañados que acumulan pérdidas millonarias debido a las inclemencias climatológicas y a la situación de bajos precios en el mercado.

UCCL, por su parte, reclama "medidas concretas", incluyendo ayudas directas, la activación del mecanismo de minimís con hasta 15.000 euros por explotación "en función de los casos y de la zona", según declaraciones de Jesús Manuel González Palacín -coordinador autonómico del sindicato- recogidas por la agencia Ical. "En tres años, dos de sequía, no los aguanta ninguna explotación", lamentó Palancín al tiempo que recordaba que el sector agrario supone un 6% del PIB de Castilla y León y que "si caemos nosotros caen la industria y muchos servicios que viven de nosotros".