La II Feria Flamenca, celebrada el sábado, dio color a la Plaza del Mercado de El Puente de Sanabria, en un fin de semana en el que hasta el calor se apuntó al programa de la fiesta sevillana. Con todo lujo de detalles, las sanabresas lucieron trajes de flamenca con abundancia de volantes y tocados de flores para participar en esta feria que reunió a vecinas de diferentes puntos de la comarca.

El calor obligó a retrasar un poco el comienzo del programa, especialmente la carrera de cintas a caballo que tuvo como escenario la antigua plaza para el ganado, reservada para la feria, en lo que hoy es el pabellón. La carrera seguida con interés desde la grada puso a prueba, más que la velocidad y elegancia de los equinos, la pericia de los jinetes para atrapar las cintas.

El grupo de flamencas compartió baile y la pasión del baile por excelencia andaluz, a base de aprendizaje desde hace una par de décadas cuando se formaron los primeros grupos para aprender. Pasión que también llevan a las telas porque buena parte de los trajes han sido confeccionados por las propias modelos, corte entallado y faralaes hasta el tobillo. Los mantones casi se aparcaron por el calor.

Trajes enterizos o el traje de dos piezas -corpiño y falda- y pañuelo al talle salieron a la pista, al son de la música en la exhibición del grupo de sevillanas dirigido por la monitora Lydia Espinosa, dentro de la exhibición de esta II feria Flamenca.

El grupo "Puro Corte" que actuó en directo se llevó los comentarios favorables de los espectadores, pero el mejor regalo que recibieron los tres componentes fue ver la pista llena para bailar sevillanas, desde pequeñas a más mayores.

La demanda de los asistentes a la feria fue total para subir en carreta de caballos para recorrer El Puente de Sanabria entre bromas y risas, y con muchos faralaes.

Todos los participantes concluyeron la feria con una cena en el interior del pabellón de deportes, mientras se entregaban los premios de dibujo y se hacía las últimas fotos en "photocall" del pabellón para aquellos que acudieron sin traje de circunstancias.

Pocos tajes de corto, que suplieron algunas damas exhibiendo el traje masculino en los bailes, y muchos trajes largos para la ocasión.