Profesionales de diferentes colectivos participan esta semana en el taller de "Formación en mediación y resolución de conflictos" que gira alrededor de la temática del lobo. Este taller está organizado por la organización World Wildlife Fund (WWF), en el marco del proyecto europeo "Life EuroLargeCarnivores", y es impartido por Altekio, de España, y Elmauer Institute, de Alemania, con la presencia interactiva de una veintena de participantes.

Esta experiencia ha reunido en Puebla de Sanabria a los actores principales en el sempiterno conflicto del lobo: ganaderos, cazadores, responsables de administraciones públicas, educadores ambientales, ONGs ambientalistas, conservacionistas y organizaciones agrarias.

El objetivo de este encuentro formativo y didáctico no era solucionar el eterno problema sino aportar herramientas para resolver y amortiguar los conflictos.

El taller que comenzó el miércoles y termina hoy se desarrolla en un ambiente constructivo y participativo entre todos los actores representados y que sirve, entre otras cuestiones, para derribar estereotipos, generalmente negativos.

"El conflicto nos enseña que todos somos interdependientes". Con esta afirmación el técnico facilitador de grupos, Javier Fernández Ramos, contextualizaba la situación de conflicto no solo en el tema del lobo sino en cualquier situación de la vida en general. Este taller "es una formación para proporcionar herramientas para resolver conflictos" como explicó Fernández.

En este caso el grupo de veinte participantes y cuatro técnicos no abordan la problemática del lobo pero sí pautas de actuación y herramientas comunicativas.

En toda escalada -de acuerdo a la propia terminología- hay cinco fases que se pueden identificar: incomodidad, incidentes, malos entendidos, tensión y crisis. El trabajo en el aula se desarrolló con una buena dinámica y participación de todos para reconocer tanto las fases "el volumen" del conflicto como las medidas para reducir la escalada.

La recomendación del experto es "no llegar a la ruptura de la comunicación" y aplicar herramientas para "desescalar" el enfrentamiento.

Es en esta dinámica donde los participantes hicieron sus aportaciones, primero con las situaciones que contribuyen a aumentar la crisis como usar a terceros, comunicaciones con doble señal, la negación de acusaciones, o fomentar los estereotipos o acciones unidireccionales. A la puesta en común se apuntó como una escalada en el conflicto la falta de empatía, el abuso de poder, el rango o estatus o mantener una posición rígida e incluso usar el sarcasmo o reírse de la otra parte.

Y aunque parezca un tanto difícil fueron los propios participantes los que aportaron propuestas para aliviar la escalada de cualquier conflicto, como crear un buen ambiente o elegir un lugar apropiado para ambas partes, mantener la calma, "contar" hasta 10, evitar o retirarse en el sentido de "dar un tiempo" para enfriar ese enfrentamiento. Analizar los grupos de influencia y evitar una postura de superioridad, aunque se sea consciente de esa posición. Incluso el humor es una buena herramienta, en su justa medida y contextualizado, para reducir tensiones sobre una especie que lleva una vida muy paralela a la del hombre.