Un grupo de feligreses de Villalpando ha redactado un comunicado público en el que cargan contra el párroco de la villa terracampina, Ángel Carretero, por su negativa a confirmar a sus hijos. Según la versión de estos villalpandinos, la posición del cura vendría motivada porque algunos de los jóvenes no asistieron a una jornada de convivencia espiritual celebrada en otra comarca de la diócesis, algo que estas familias no entienden ya que "el propio obispo calificó de voluntaria" la jornada, aseguran.

Todo el revuelo se agravó cuando una madre fue a la parroquia a solicitar un certificado de asistencia a la catequesis con la intención de que su hija se pudiera confirmar en otro pueblo, y el párroco le entregó un escrito en el que recomendaba que no se le administrara el sacramento a esta persona en ninguna parroquia, según informan los padres de los afectados.

Un segundo motivo de desencuentro entre el cura de Villalpando y otras familias de la villa es que el sacerdote no permite que los confirmantes elijan a sus propios padrinos, sino que quiere "imponer" que los padrinos sean sus catequistas argumentando que así "se de mayor valor al sacramento".

Las familias decidieron enviar al Obispado de Zamora un representante para con la intención de que hicieran cambiar de parecer al párroco de Villalpando y que todos los jóvenes pudieran confirmarse en su pueblo y elegir a sus padrinos. Un vicario asistió a la reunión, pero no lograron ningún avence al salir de allí.

Pocos días después se les hizo saber a través de un sacerdote que el Obispado aceptaría que los jóvenes se confirmaran en otra parroquia distinta a la de Villalpando.

Al final, un total de 25 chicos y chicas de, acompañados de sus respectivas familias, viajarán de Villalpando a Castroverde de Campos para recibir la confirmación. Allí el cura es don Miguel Morán García, que también lleva las iglesias de Prado, Quintanilla del Olmo, Villar de Fallaves y Villamayor de Campos.

"Todo esto supone para muchas familias de la parroquia de Villalpando un daño irreparable como feligreses y creyentes en una Iglesia guiada por el Espíritu Santo y no sólo por hombres, pero al señor cura ese daño no le importan, priman sus formas y sus imposiciones", asevera el comunicado. Los padres concluyen que estas formas "no son nada favorables en estos tiempos de crisis de fe y desapego a la Iglesia, especialmente a nuestros jóvenes. Mal testimonio están recibiendo, pero gracias a Dios, y nunca mejor dicho, su fe no se verá afectada por el comportamiento de este sacerdote".

Este diario trató ayer por la tarde de conocer la versión del párroco, pero no logró contactar con él.