La presencia del oso, ahora en puntos como la Alta Sanabria, es "relativamente extensa por la escasa actividad humana. El oso. Lo peor son las injerencias y la destrucción del hábitat". Entre esas injerencias está las que realiza la propia administración que mete máquinas a trabajar en el monte o tala árboles "en época de cría". "La administración incumple sus propia normas para defender el hábitat" expresó el naturalista salmantino Ramón Grande del Brío, que reveló la presencia del oso en la sierra de La Culebra y en el norte de Portugal.

Del Brío ofreció una clase magistral en la presentación de su último libro "Por tierras del oeste ibérico. Memorias de un naturalista", organizada el pasado día 12 en Villardeciervos. Sus memorias condensan más de 40 años de investigaciones y muchas horas de campo y duermevela en el tercio noroeste de la península Ibérica, todo en pos del lobo y del oso, con especial calado en Sanabria y Carballeda.

El pasado dos de abril Ramón Grande del Brío informó a los responsables del Instituto de Conservación de la Naturaleza y la Foresta de Portugal la entrada del oso en territorio luso, antes de que las administraciones tuvieran constancia de su presencia en territorio de La Tejera y Hermisende. "Sanabria, Aliste, La Carballeda, el sureste de Orense son una isla ecológica, no me extraña la presencia del oso". Una presencia que Grande del Brío documentó en 1976 y "me reservé el dato porque había mucho más furtivismo" y no se podía garantizar su supervivencia". La presencia del oso en el noroeste zamorano ha sido casi contante, según el investigador salmantino, que asegura hay "huellas de libro".

La protección de los espacios naturales lleva aparejada intervenciones de otro tipo que lejos de ayudar entorpecen con medidas que rápidamente plantea la administración como un merendero, una pista, ahora un mirador, turismo, etc.

Las prisas no son buenas consejeras para la ciencia "hay que esperar ciertos periodos para sacar conclusiones" de ahí que un censo o la evolución de una especie -en este caso del lobo- no se haga en seis meses "los ciclos reproductivos requieren su propio tiempo hasta que los subadultos adquieren suficiente madurez para reproducirse". "Nadie puede hacer un estudio, ni con todo el dinero del mundo, del lobo ni de fauna en seis meses porque tratar de conocer la situación supone esperar 22 meses para la maduración de las hembras y un año más para los machos". El conocimiento "tiene que ir al compás de la naturaleza" en contraposición a la prisa actual.

Conceptos de la administración como "ordenación del territorio me dan escalofrío". El investigador dio su opinión sobre la caza del lobo que debe ser cazado puntualmente "en algunos casos sí y en situaciones especiales" y previo conocimiento riguroso de las manadas. Actualmente la caza por cupos "se hace indiscriminadamente".

Al acto asistieron el alcalde de Villardeciervos, Lorenzo González, y Faustino Gallego hermano de "Manolín". A lo largo de la presentación se sumaron a la mesa José Juan Álvarez Román, colaborador de Grande del Brío, y Óscar Domínguez lobero de Muelas de los Caballeros.

Grande del Brío reconoció entre sus "maestros" al más aventajado "sabio de la naturaleza y de la vida" Manuel Gallego Rodríguez "Manolín", quien fuera guarda mayor de la Reserva Regional de Caza de la Sierra de la Culebra y el mayor conocedor del lobo. Ramón Grande del Brío comenzó a trabajar, a comienzos de los años 70, "con pocos medios" y con un primer encargo del naturalista y médico Félix Rodríguez de la Fuente para que documentara el lobo en el noroeste de la península para la Enciclopedia de la Fauna Ibérica (1976).

Cuando llegó a la Sierra de la Culebra todo el mundo le recomendaba que hablara con "Manolín", toda una institución en la materia lobera, pero el joven investigador se resistía. Pasaba las noches al raso en su tienda de campaña en su trabajo de campo, observado a distancia por el propio guarda Mayor que un día finalmente se interesó por aleccionarle. Fue el propio Félix Rodríguez quien, a tenor de las aportaciones, instó "a que los conocimientos de Manolín había que meterlos en las páginas de un libro". En todos sus trabajos de investigación "nadie me enseñaba más de los que sabía Manuel Gallego".

La única vez que vio cazar a Manuel Gallego un lobo fue en 1977 cuando los "jefes" pidieron al guarda que controlara algún ejemplar. Oportunamente avisaron a Manolín de que un lobo había caído en un cepo y tenía una pata destrozada. Ramón Grande se aproximó mucho al lobo para tomar una foto. La cadena del cepo estaba enrollada y parecía más corta. El animal acorralado y herido se abalanzó sobre el fotógrafo, momento en que el guarda disparó.

Manuel Gallego le trasladó incluso sus propias inquietudes "sabemos muy poco de lo que ocurre en la parte noroeste de la Carballeda". El joven naturalista encaminó su tarea de campo hacia los pueblos de Lanseros, Gramedo, Donado, Letrillas, Justel. En la zona contó con la experiencia de Juan Manuel Calvete y de Oscar Domínguez. Éste último pieza fundamental en el rodaje de los documentales de Félix Rodríguez, ya que fue quien proporcionó la primera camada de lobos para el naturalista burgalés. Fruto de esa recopilación de conocimientos fueron decenas de cuadernos de campo "memorias personales".

Esbozó sus incursiones por el noroeste ibérico, en Galicia, e incluso en Portugal. Tras la Revolución de los Claveles "no se proporcionaban salvoconductos para cruzar la frontera" y se valió de unas amistades para poder cruzar por un camino del contrabando para poder presenciar una batida en el país vecino. A la vuelta, y con el regalo de una piel de lobo, el guarda de la frontera le paró y le propuso "tú me regalas la piel de lobo y yo no te denuncio por contrarrevolucionario".

Subrayó el conocimiento de estas personas "que vienen de épocas remotas, con cuentos, historias, leyendas que nos mantienen conectados con la Naturaleza". Unos conocimientos que tienen su repercusión sicológica, emocional y desde el punto de vista de ciencia y conocimiento puro.

Más sorprendente es saber que Ramón Grande era músico en un grupo que tocó con Miguel Ríos y Juan Pardo, en sus inicios en los años 70, con su primera guitarra eléctrica Fender Stratocaster "que aún conservo". Entre concierto y concierto "hacía mis incursiones" por el campo.

Ramón Grande del Brío no eludió ningún tema alrededor del lobo, empezando porque "hay que suavizar el conflicto y poner soluciones" en el tema de daños al ganado. "Únicamente en España -y alguna zona de países del Este- el lobo se desarrolla actualmente como en tiempos prehistóricos". En el caso de la Reserva Regional el 95% de sus presas es fauna salvaje "cosa que no ocurre en el resto de Europa".