Los vecinos de Sandín se vieron ayer sorprendidos por el corte de la carretera de Sandín ZA-P-2641 a la Nacional 525, la principal vía de salida del vecindario, con motivo de las obras de asfaltado de la vía.

El corte era esperado por los habitantes en cualquier momento, como ejecución lógica de la obra, pero también esperaban que se comunicara con algún día de antelación para que estuvieran prevenidos, sobre todo aquellos residentes que tienen que salir del pueblo a trabajar, a realizar gestiones o para asistir a cursos de formación.

En la noche del lunes, el acceso a Sandín a la altura del cruce de la gasolinera de El Pino no estaba señalizado con el inminente corte. Ni en el tablón de anuncios del pueblo ni en la parada del autobús se anunció esa misma noche la interrupción del tráfico. De estar anunciado el corte con antelación, los vecinos hubieran organizado su rutina, básicamente porque el corte del paso por la presa de Cernadilla supone un rodeo 62 kilómetros de ida y 62 de vuelta hasta Puebla de Sanabria, unos 104 kilómetros de trayecto, y 55 minutos de tiempo en carretera.

Los afectados, que ayer fueron a poner una queja al Ayuntamiento, llegaban tarde a sus trabajos y cursos de formación, con el consiguiente perjuicio de tiempo y combustible. Llegar tarde puede suponer la pérdida de las ayudas al trasporte para formación que percibe alguno de los vecinos que tiene que ir a Puebla a clases presenciales. Perder días de asistencia supone que no se entregue un título de formación. De ahí la protesta de algunos vecinos que a primera hora se encontraron con la carretera cortada.

El otro trayecto desde Sandín, es una pista forestal -que es realmente la antigua carretera- que llevaba hasta el pueblo de Robledo, en el municipio de Puebla. Alternativa solo apta para los coches todo terreno y no para los turismos, al ser ahora una pista de grava que ha dejado a más de un turista atorado al figurar en los mapas de Google como carretera local.

El corte estaba programado y al parecer "anunciado en prensa" pero la mayoría del pueblo no tiene acceso a internet y las comunicaciones de teléfono móvil son deficientes, además de tener que desplazarse a los núcleos más cercamos de Palacios o Villardeciervos para comprar el periódico, cuando lo más sencillo era contar con un bando en el tablón de anuncios que todo el pueblo consulta. "Yo no sé de quién es la culpa, si del Ayuntamiento de Manzanal o de la Diputación" el caso es que ayer llegar tarde al trabajo o a clases acarreaba importantes problemas a los afectados.

De forma habitual las quejas se dirigen a tener alerta a vecinos y los servicios de emergencias sanitarias que siempre preocupan a los residentes mayores y con enfermedades.