Al ataque a un colmenar en La Tejera se suman otros dos ataques en colmenares de la aldea vecina Vilarinho en Portugal, a once kilómetros del núcleo sanabrés en descenso por el sur siguiendo el curso de un espectacular valle del río Gamoneda. El oso, posiblemente un ejemplar macho en dispersión, se pasea sin ningún género de duda en la frontera sin necesidad de pasaporte y procedente de la subpoblación cantábrica occidental.

A la confirmación de su presencia por el Servicio Territorial de Medio Ambiente, se suma la segunda confirmación por parte del Instituto de Conservación de la Naturaleza y las Florestas. En ambos países se pone en marcha un plan de seguimiento y coordinación. En el parque natural de Montesinhos no se detecta la presencia del oso desde hace 180 años, como han divulgado los medios de comunicación de Portugal. En ambas zonas se han implantado mecanismos de detección, con cámaras, y de protección con pastores eléctricos.

Pero es en los pueblos donde la noticia se vive con más intensidad y expectación, por si vuelve este ejemplar. Los vecinos, 11, de La Tejera "Teixera" no tienen herencia oral que rescate de la memoria de los mayores la presencia del oso. Sí hay constancia de que siglos atrás hubo osos ya que hay presencia de colmenares protegidos por tapiales de piedra de un par de metros de altura, junto al río en el paraje de Vilmadre, como recordaba uno de los vecinos más veteranos de 87 años. Nunca oyó a su padre mentar el oso como también era raro en su niñez que hubiera un jabalí por aquellos pagos.

Expectación vecinal

Que el oso aparezca es "una cosa rara" aunque este "viene de arriba" en alusión al límite de la provincia de León. Este octogenario duda hasta de que se trate de un ejemplar introducido en la Sierra de la Culebra. Si el oso es noticia, el lobo es vecino permanente como cuentan los habitantes de La Tejera que en los paseos se encuentran frecuentemente con huellas o incluso los propios lobos. "¿Y qué pasará cuando el lobo y el oso se encuentren" se interroga uno de los contertulios.

La calle de la iglesia es un sube y baja de vecinos atareados con la preparación de los huertos. Mientras algunos tienen ganas de ver el oso, alguna vecina ya no quiere hacer el paseo por miedo a él.

En el paraje de Las Aguzadeiras están las 100 colmenas de Feli Nieto González y Baltasar Nieto González donde se constató al goloso con huellas, excrementos y daños en los panales. El ataque al colmenar se detectó "el domingo, día de las elecciones" después de varios días sin subir a los tres colmenares que tienen en la zona por la nieve. Fue en esa semana cuando entró el oso porque las tapas de las cajas de las colmenas estaban volteadas y con agua, primero nevó y luego llovió. Volcó varias colmenas y sacó los cuadros de la miel, pero también se comió de las larvas de abeja.

El lunes, 29 abril, la Guardería Medioambiental tras examinar las huellas de patas en el suelo -en aquellos días estaba mojado y embarrado- y los de excrementos y pelo. Más o menos se pudo determinar la zona por la que ascendió, una vaguada vertiente al río Gamoneda, donde varias piedras aparecen levantadas y algunas ramas de robles quebradas y vegetación inusualmente aplastada. Los excrementos aparecen en varios puntos con restos de cera que come pero no digiere. Todos los rastros fueron recogidos para su análisis, aunque no hay margen a las dudas.

El día 30, tras certificarse que son daños de oso, la Junta protegió el colmenar con un pastor eléctrico instalado por una empresa leonesa. Una de las colmenas, algo más apartada del resto, quedó fuera de ese cercado de protección y "volvió una segunda vez". Los apicultores ven con preocupación la presencia del oso porque en su caso tienen unas 700 colmenas, en 13 colmenares repartidos por el municipio de Hermisende.

El recorrido casi es diario. Feli Nieto agarra del trono del árbol, con las manos protegidas, un enjambre que se ha partido de una de las colmenas para colocarlo en una nueva caja. Tener que instalar pastores eléctricos en los 13 colmenares para evitar la entrada del oso es un problema "si no nos tocara a nosotros hasta sería bueno el oso". Esta primavera está siendo muy buena para los apicultores pero el trabajo se multiplica.