Las plagas de procesionaria está poniendo en muy grave peligro la supervivencia de extensos pinares, principalmente los más jóvenes, en la comarca de Aliste: en concreto en el entorno de la Sierra de la Culebra. La Comarca Forestal de Aliste cuenta con una superficie de vegetación de 112.735 hectáreas de las cuales 1.810 corresponden a pinares, 35.630 a robles, encinas y castaños, 5.076 a los bosques de ribera, 38.219 de matorral y 14.000 de cultivos.

Los pinares tienen entre 2 y 80 años y las masas más afectadas por ataques de procesionaria se corresponden con las plantaciones realizadas en 1998, 1999 y 2000, en plena Sierra de la Culebra (Mahíde, San Pedro de las Herrerías, Figueruela de Arriba, Villarino Manzanas, Flechas y Riomanzanas: plantaciones que tienen entre 18 y 20 años ahora y que la procesionaria esta arrasando. Lo mismo ocurre con las plantaciones de la cara norte de la Culebra, de Santa Cruz de los Cuérragos hasta Boya, que también se hicieron en esa época, a raíz del incendio de julio de 1991 que, procedente de Portugal, entro por Riomanzanas y arraso más de 14.000 hectáreas de pinares de 40 años.

La Directiva Europea del año 2009 prohibió la aplicación de insecticidas desde aviones, considerándolo peligroso por sus efectos negativos para la salud y el Medio Ambiente. Años más tarde el Gobierno de España prohibía así mismo las aplicaciones aéreas de productos fitosanitarios. No obstante el Ministerio de Agricultura, exclusivamente, puede autorizar tratamientos experimentales y así comunidades como Baleares, Cataluña o Andalucía núan realizando este tipo de tratamientos.

Por este motivo y desde que la Consejería de Fomento y Medio Ambiente dejó de realizar tratamientos aéreos contra esta plaga, la procesionaria se ha extendido considerablemente por las masas de pinar que pueblan nuestros montes. Todo apunta a que en la zona oeste de Zamora, Aliste (Tábara y Alba), Sanabria (La Carballeda) se haya extendido con mayor rapidez, debido, según los expertos en la materia, a que los portugueses hace muchos años que no trataban sus pinares y la procesionaria se ha extendido vertiginosamente a lo largo de la frontera desde el otro lado de la Raya: pueblos y pinares de la región de Tras Os Montes y Alto Douro.

Pasados otoño e invierno y llegados los meses de marzo y abril las orugas salieron de sus bolsones para enterrarse, formando larguísimas filas, como si fueran en procesión, de ahí su nombre, creando la alarma social entre los vecinos que ven calles, plazas y jardines invadidas y es cuando, a la Oficina Comarcal de Medio Ambiente de Alcañices llegan las quejas diariamente, pues este insecto no es del agrado de nadie, sabiendo que sus pelos urticantes producen reacciones muy dolorosas en personas alérgicas.

Cuando se trata de pinos infectados y de gran porte y que se encuentran en zonas de dominio público, caso de parques y jardines, se les recomienda la corta de esos árboles afectados. Cuando se trata de masas importantes se les aconseja que durante el invierno y primeras semanas de la primavera no paseen por esas zonas boscosas.

Muchas de sus quejas también son por el estado "ruinoso" que presentan "muchos pinares al comprobar que, en pocas semanas, los pinares pasan de un verde lustroso a un marrón deplorable, creyendo que eso pinares morirán; pero nada más lejos de la realidad, ya que entre mayo y junio los pinos volverán a echar nuevas acículas pasando a su estado natural. No obstante estos insectos saben que cuando dejan un pinar defoliado totalmente su comida escaseará el próximo año, por lo que pueden entrar en un período de diapausa y no emerger del suelo hasta un año después o más. De todas formas un pinar defoliado reiteradamente queda debilitado y es más propenso a ser atacado por otras plagas y enfermedades".

Estas orugas peludas tienen pocos enemigos. La única ave que se atreve a comerlas es el cuco y otros pequeños pajarillos insectívoros como herrerillos o carboneros pueden alimentarse de sus puestas que las mariposas realizan en julio y agosto.