Naturales y descendientes del anegado pueblo de Argusino celebraron ayer la romería de Santa Cruz, en las lindes del embalse de Almendra. Lo hicieron en una atmósfera marcada por el deseo de mantener viva las raíces y de reencontrarse los desplazados de la cuenca del Tormes. Fue una jornada de hermanamiento y festividad.

El objetivo de consolidación del romero encuentro quedó cumplido porque en la ermita de Santa Cruz y en las campas de los alrededores confluyeron personas radicadas en los pueblos cercanos, pero también gentes procedentes de otras provincias, comunidades y destinos a los que les empujó la forzada emigración. Entre otros puntos, se dieron cita algunos argusinejos asentados en el Cascón de la Nava (Palencia) a donde llegaron al igual que otros inundados, como es el caso de los pueblos barridos por el embalse de Riaño, pero también personas llegadas desde Salamanca, Valladolid, Madrid o Bercelona.

El buen tiempo favoreció el desarrollo de los actos, iniciados de buena mañana con el disparo de cohetes de camino hacia la ermita y el izado del pendón Viriato. La Asociación de Tamborileros de Zamora ambientó la estancia romera con sus alegres sones y poco a poco fueron concentrándose personas y autoridades para asistir a una celebración religiosa oficiada por el párroco Florentino Pérez, que estuvo acompañado por Nemesio Casado.

El reencuentro romero supone una ocasión anual, pero excepcional, para que personas que vivieron en una misma patria chica y quedaron desperdigadas por los intereses nacionales y empresariales del kilovatio vuelvan a saludarse con especial emoción al verse de nuevo las caras.

Es un momento, además, para el intercambio de impresiones y de pareceres, donde unos y otros se transmiten las buenas nuevas y los malos desenlaces porque siempre hay argusinejos que desaparecen o que no pueden asistir. Rocío Carrascal resalta "el esfuerzo de las personas por mantener la memoria de Argusino".

Seguidamente, los romeros desfilaron en una primera procesión con la imagen del santo , para retornar al templo levantado y mejorada cada año a base de empeño personal y de colaboración desinteresada.

Aunque algunos optan por regresar a sus casas o disfrutar de una comida amigable o familiar en la zona, otros mantienen la costumbre de degustar una comida típicamente campera en las sombras de los árboles del entorno. Algunos se atrevieron con los asados y no faltaron sobre los manteles las tortillas, los embutidos y los cafés, que fueron rematados por algunos con los consiguientes licores.

Los actos programados siguieron su curso por la tarde con la "solemne procesión" que acerca a los romeros hasta el embalse de Almendra. Es una marcha impregnada de devoción y de memoria porque los argusinejos se adentran en los ámbitos de unos terrenos que fueron en su día un campo de labor y de aprovechamiento local.

Con el retorno hasta la ermita, tuvo lugar otro momento estelar: el Ofertorio con la subasta de los bollos maimones. Glorialdo Peños puso a la puja dos bollos dándose en este caso la circunstancia en una resubasta de uno de los típicos dulces. También hay tiempo para los bailes y la recreación, especialmente de los más pequeños. Hoy tendrá lugar, a las 18.00 horas, la celebración de la misa de difuntos.