La actividad minera repercutiría "en el hábitat del desmán ibérico, especie endémica del sur de Francia y del norte de la península ibérica". Al respecto exponen que "la prevista destrucción de cinco arroyos tributarios que vierten al río Calabor supone el deterioro irreversible del hábitat actual y potencial para esta especie. La apertura de esta mina, el trasiego de maquinaria pesada y además, la alteración de las capas freáticas supondría un grave riesgo de extinción local; de hecho, el permanente y grave riesgo de contaminación de los arroyos presentes en la zona y el previsible cambio de Ph de estas aguas supondría probablemente, la desaparición de los macro-invertebrados de los que se alimenta el desmán y generaría, a corto plazo, una extinción local". Indican que "los mínimos cambios en la dinámica de estos delicados ecosistemas serán irreversibles para la vida acuática". También quedará alterado "el hábitat del águila real, ya que coincide con el territorio ocupado por esta rapaz". Otra consideración de Ecologistas en Acción es que "el proyecto choca frontalmente con la recuperación del hábitat potencial para la dispersión y futura colonización de ejemplares de oso pardo procedentes de la población occidental de la Cordillera Cantábrica", así como supone la destrucción de turberas y arroyos donde existen Zonas de interés para los insectos (ZII). Asimismo destruirá una extensa superficie de los "Brezales secos europeos".