Los pueblos de Quintanilla de Olmo y Prado han celebrado la tradicional rogativa en un hermanamiento festivo y devoto. Los romeros de ambas localidades parten de sus respectivas poblaciones a la misma hora para recorrer el trecho de apenas dos kilómetros que separan ambos núcleos encontrándose hacia la mitad del camino, donde procede los regidores al intercambio de bastones de mando, para luego continuar la festividad de una forma hermanada y asistir a los oficios religiosos y culminar con un vino español. Un día muy primaveral, hasta caluroso, recibió a los vecinos de ambos pueblos de Tierra de Campos, hermanados por esta fiesta.