"Fuimos varias veces a hablar con la directora, ella era totalmente conocedora de lo que ocurría; cuando recibimos los audios se los llevamos al despacho para que los escuchara y se negó porque decía que era algo ilegal". Así lo confirman las trabajadoras denunciantes de los presuntos malos tratos y vejaciones en la Residencia municipal de Montamarta, indignadas con el comunicado del Ayuntamiento donde se asegura que "ni la dirección del centro, ni la Alcaldesa ni el teniente alcalde en ningún momento hemos tenido conocimiento de tales actos por parte de las trabajadoras que ahora los denuncian".

"La directora era conocedora de las vejaciones y humillaciones, en muchas ocasiones la hemos ido a contar lo que pasaba". La última, el 18 de febrero, cuando acudieron con el pendrive de los audios que aparecieron en la taquilla de una de las trabajadoras donde se podían escuchar expresiones duras, malsonantes y el trato vejatorio por parte de las dos auxiliares denunciadas.

"Le dijimos que había que tomar medidas porque era imposible trabajar así, pero nos volvía a dar largas. Cómo pueden acusarnos ahora de omisión de socorro si fuimos nosotras las que una y otra vez alertamos de la situación. Se lo contamos a quien correspondía, la dirección". Insisten además que algunas de actuaciones anómalas protagonizadas por las dos auxiliares, que ayer todavía no habían sido apartadas cautelarmente de su trabajo, constan en los libros de incidencias.

Así asegura que pudo comprobarlo ayer Montse Fernández, hija de una de las residentes, que ha presentado denuncia ante la Guardia Civil por la presunta agresión sufrida por su madre en una mano durante la noche que estaba de guardia una de las auxiliares denunciadas. Fernández se reunió ayer con la directora, quien le mostró la anotación del pasado 18 de enero donde consta expresamente: "T. tiene un moratón en la mano izquierda, dice que le dimos un puñetazo. Se lo vemos a primera hora en el aseo".

Tras leerlo Montse Fernández pidió explicaciones a la directora; "por qué no se me avisó, ni me llamaron ni nadie me dijo nada. Lo normal es que la directora me hubiera advertido de algo, para que luego digan que en los libros no consta nada. Pues esto es una prueba".

Además, las quejas a la dirección se habrían producido "de palabra". Así lo confirma a este diario el familiar de una anciana de la Residencia, quien asegura que "el verano pasado le comuniqué a la directora por teléfono el incidente desagradable de una de las trabajadoras denunciadas con mi madre". Un problema que se solventó con una llamada de disculpa por parte de la auxiliar, al parecer a instancias de la directora. "Yo acepté las disculpas, pero es una prueba de que sí que se sabían cosas desde la dirección. Que ahora no se escuden en que todo esto es algo político porque las quejas existían".

Este familiar sale en defensa de las tres trabajadoras que denunciaron los hechos puestos en conocimiento de la Fiscalía por el concejal del PSOE en Montamarta, Rogelio Conde. "Cómo se las puede acusar de omisión de socorro cuando fueron a contárselo a la directora; gracias a ellas los familiares hemos sabido lo que pasa, jugándose mucho porque a lo mejor ahora sufren represalias y no es justo".