Teo Nieto Vicente, cura de San Juan del Rebollar y uno de los más activos del Arciprestazgo de Aliste y Alba y de España, con 14 parroquias a su cargo, ha hecho una reflexión para LA OPINIÓN-EL CORREO de ZAMORA ante la manifestación del próximo sábado en Alcañices: "La salud (como todo en la vida) tiene dos dimensiones: una dimensión objetiva, que la marca los datos que brotan de la realidad. Y la subjetiva, es decir, la percepción que las personas hacen de esos datos. Por eso, cuando se trata de la salud de las personas no solo podemos fijarnos en los datos: número de cartillas por médico, si esas cartillas están por debajo de a lo que marca la ley, números de consultorios abiertos (si deben o no estar... según la ley) y consultas por semana".

Para el sacerdote de San Juan del Rebollar: "Cuando se trata de la salud de las personas debemos preguntarnos cómo se sienten las personas y si la legislación vigente se adapta a las necesidades reales de las mismas y no a las necesidades percibidas desde los despachos que, -por muy buena intención que tengan-, muchas veces no se corresponden con la realidad del día a día de las personas" y cree y que "la legislación se puede y se debe cambiar y ello desde unos parámetros que vayan más allá de la rentabilidad económica, aunque lo económico se deba tener en cuenta pero, insisto, no como criterio determinante".

Por eso, matiza el cura alistano, "Ees importante que el legislador tenga un oído puesto en la calle para escuchar lo que piensa la gente y, sobre todo, en el tema sanitario, como se siente".

Llegado el tema de las manifestaciones, cree que "cuando los ciudadanos salimos a la calle debemos hacerlo desde un legitimo afán de transmitir nuestras ideas a nuestros políticos, lo cual implica hacerlo desde dos aptitudes fundamentales: Una necesaria actitud pacífica y de respeto. Trasmitir ideas, reclamar justicia, no significa ofender a las personas. y una vigilancia continua para no convertirnos en marionetas de otro tipo de intereses".

Reconoce el sacerdote que "es cierto que estamos en época electoral y esto puede llevar a confundir los objetivos de una protesta, pero también es cierto que resulta triste que sea en está época cuando más se escucha la voz de la calle. Ante todo esto el cristiano no puede permanecer indiferente. Evangelizar significa, como nos dice el Papa Francisco, llevar la luz del evangelio a las periferias, es decir, llevar el evangelio allá donde haga falta poner esperanza, porque la preocupación social pertenece a la evangelización y esto nos lo ha recordado el actual Papa".

La Iglesia, dice, invita continuamente a los cristianos, a partir del principio de subsidiariedad, a participar en la vida pública, no para imponer leyes cristianas (esto hace tiempo lo dejaron claro los obispos españoles), sino para transmitir los valores del evangelio que, en este caso es el de amor hecho justicia: " Cuando la Iglesia invita al cristiano al participación se está refiriendo también a los pastores: los curas también debemos preocuparnos por lo que pasa en la sociedad. En el caso de la sanidad, según la Doctrina Social de la Iglesia, la salud se trata de algo indispensable para el desarrollo integral de la persona".

Termina Teo Nieto Vicente con una conclusión tajante y muy clara: "Preocuparse por la justicia no es hacer política, entendida como apología de un partido político, es construir el Reino de Dios (que es el núcleo fundamental del mensaje de Jesús) y quien nos sea consciente de esto debería repasar el Evangelio y leerse la Doctrina Social de la Iglesia".