La presencia de rebaños de ciervas pastando los mismos pagos que las cabañas domésticas ocasiona una cierta preocupación a los titulares de las explotaciones ganaderas no solo por la competencia que supone en los aprovechamientos de los pastos, también porque temen que puedan ser una posible fuente de contagio de enfermedades e incluso un imán para los lobos que puede tener una repercusión en los ataques a las propias reses.

El vídeo grabado por Alfredo Fernández Caballero de dos centenares de ciervas formando un verdadero rebaño por los pastizales de Valparaíso ha corrido como la pólvora en toda la comarca y ámbitos de la sierra de La Culebra. "A la vista está que es preciso un control de la fauna, que no tiene sentido tanta proliferación, que no es sostenible", expresa, al tiempo que afirma que "está bien que haya todo tipo de animales".

Procedente de la zona de la Magdalena (León), Fernández Caballero lleva siete años instalado en Valparaíso y, "aunque de momento no me he tenido problemas con la tuberculina", reconoce que "ando con miedo". La masa de ciervas que pasta el mismo escenario que sus animales "van por delante y comen todo lo bueno". El ganadero no ve fácil una solución, más en un momento en que pesa la prohibición de la caza por acuerdo judicial. En su criterio, debe ser la propia Administración quien busque una medida porque en las márgenes del Tera "son increíbles" los rebaños de ciervas que campean. Una percepción que también tienen los alcaldes y ganaderos de otros términos donde ven en estas fechas unos nutridos grupos de ciervas que buscan el alimento en las zonas de pasto y el agua en los ríos o en los embalses del Tera porque son recursos que escasean o no están presentes en la reserva de caza de la Culebra.