En una provincia envejecida que pierde población en un incesable goteo de fallecimientos que los nacimientos, cada vez más escasos, no logran compensar, llama la atención el incremento del padrón de algunos pueblos cuando se acercan las elecciones municipales.

El problema no es una cuestión única de Zamora, sino que se da en prácticamente todas las provincias de la "España vaciada", por eso la Oficina del Censo Electoral -dependiente del Instituto Nacional de Estadística- vigila los movimientos de los censos en los municipios de menos de 2.000 habitantes, los más vulnerables a posibles fraudes electorales. En un ayuntamiento de 200 o 300 habitantes, como son la mayoría de municipios de esta provincia, la inscripción a última hora de 20 o 30 nuevos electores es suficiente como para modificar sustancialmente el resultado de los comicios municipales si todos ellos votan.

Por eso, la Oficina del Censo considera sospechoso que el padrón de un municipio pequeño crezca por encima de la tendencia de los últimos años, y ha publicado una tabla según la cual deberían de saltar las alarmas cuando en un ayuntamiento de entre 101 a 250 electores se inscriben en menos de tres meses 3 electores más de la media trimestral registrada el año anterior, 5 electores por encima de esa media en el caso de ayuntamientos de 251 a 500 electores, 7 cuando el municipio tiene entre 501 y 1.000 votantes y 10 cuando son entre 1.000 y 2.000 los electores de ese municipio.

Cuando la Oficina del Censo detecta un caso así envía un requerimiento al ayuntamiento afectado para darle la oportunidad de justificar esa llegada repentina de nuevos votantes. Los ayuntamientos que no aportan una explicación convincente o que directamente no responden son denunciados ante la Junta Electoral Central. Tras el cierre del padrón de cara a las próximas elecciones, el 1 de enero de 2019, la Oficina del Censo denunció a una treintena de pueblos de 14 provincias diferentes.

Ninguno de los casos denunciados es de Zamora, a pesar de lo cual en hasta seis municipios de esta provincia se produjeron algunos registros de última hora en los últimos meses de 2018 que "inflaron" sus censos entre un 9% y un 14%, según los casos, algo que ha llamado la atención de un medio de comunicación de ámbito nacional como es El Confidencial. Entre los seis ayuntamientos de Zamora donde se apresuraron a inscribir votantes antes de que cerrara el censo electoral los hay gobernados por el PP, por el PSOE y por Ciudadanos.

Villalube inscribió a lo largo de noviembre a 10 nuevos votantes, pasando de un censo de 153 electores a uno de 163 a fecha de 1 de diciembre, lo que supuso un crecimiento del 6,53%, aunque un mes más tarde bajaba a 162.

En Mahíde fueron 29 los inscritos en un solo mes, que hicieron crecer el censo de 303 a 332 personas a lo largo de noviembre, un incremento del 9,57%.

En Sanabria el Ayuntamiento de Trefacio registró a 15 personas entre septiembre y diciembre de 2018, pasando de 152 a 167, un crecimiento del 9,86% en un solo trimestre.

En el caso de Porto de Sanabria fueron 17 los votantes que se inscribieron a lo largo de octubre, pasando de 158 a 175, un crecimiento del 10,75% en un solo mes.

Pero el mayor incremento se produjo en Pozoantiguo, donde se empadronaron 27 personas en el último mes del año, lo que supuso que el censo cerrara con 214 electores inscritos en lugar de 187, un crecimiento del 14,43%.

Al norte de la provincia, en Villabrázaro, el padrón aumentó de 235 a 262 personas entre el 1 de diciembre y el 1 de febrero, 27 nuevos votantes o, lo que es lo mismo, un 11,48% más. Sin embargo el censo se cierra el 1 de enero y a esa fecha había registrados 254 votantes, por lo que de cara a los próximos comicios el incremento respecto al censo de noviembre queda en un 8%.