El veterano y conocido ganadero de Villardeciervos, Pedro Herrero Vega, se preparaba ayer para vivir un día de fiesta en la feria de San Vitero y terminó asistiendo a un multitudinario sepelio. El desastre dejó bastante preocupados a los vecinos de Villardeciervos que se fueron enterando hacia las 12 de la mañana del grave ataque.

Los lobos mataron en la madrugada del sábado a 13 de las 19 ovejas de la casa en el término de Villardeciervos, dentro de la Reserva Regional de Caza de la Sierra de la Culebra, y el punto de la geografía española con más concentración de lobos ibéricos. A las 10 de mañana arreglado para viajar hasta la comarca vecina decidió dar una vuelta por la finca de la Forca, a las puertas del casco urbano de la villa cervata, a ver cómo estaban las ovejas. El paredón de piedra de metro y medio, derruido en varios puntos, facilitó la entrada de varios lobos que dieron cuenta de los animales domésticos, tratados con pasión y mimo por este ganadero de 82 años que ha dedicado toda su vida a las ovejas "menos cuando iba a la escuela".

La chispa y el buen humor que caracteriza a Pedro Herrero ayer estaban más apagados, máxime cuando abría la puerta de hierro para entrar en la finca, pegada al pueblo, y donde no pensó que fueran a entrar en ella los lobos. Pero entraron. Todos los ejemplares eran de raza castellana negra, una especie doméstica en retroceso y de las que quedan pocos ejemplares.

De su pequeño rebaño "que me sirve para entretenerme solo sobrevivieron un semental y cinco ovejas. En la finca tendida el desastre es mayúsculo. Sobre el suelo varias hembras en avanzado estado de gestación estaban a pocas semanas de parir y por partida doble, porque tres de ellas traían gemelos. Pedro Herrero ya se encargó de ir seleccionando las mejores corderas que traían casi siempre un par de crías en su vientre. En el suelo se distinguen en el mismo saco amniótico las dos cabezas y los cuerpos negros de las dos criaturas que fueron arrancadas del vientre a mordiscos por los lobos.

El ganadero repasa las bajas: un semental de dos años y medio, un cordero que no llegaba a seis meses que estaba criando como semental y que apuntaba ya una buena genética, las corderas que estaba criando para reposición. Recoge todos los "pendientes" con la numeración porque tiene que aportar la identificación de los animales y darles de baja.

Ahora no sabe qué va a hacer. De momento ha guardado en la nave a la media docena que se ha salvado. Herrero no tiene perro mastín "para qué quiero un perro" con las pocas ovejas que tiene.

Al momento de descubrirse el ataque se presentaron los agentes de la Guardería Medio Ambiental que certificaron los daños y sin ningún género de duda por "lobo" como bien recoge el documento. El ataque se produjo a unos 50 metros del centro Forestal de la villa, donde "aparcan" los helicópteros.

El responsable de una de las empresas que se dedica a los avistamientos del lobo, Miguel Garrijo de Aherca, y muy amigo del veterano ganadero reconocía que "había que estar a las duras y a las maduras" hasta el punto de ayudar a este octogenario junto con otro joven, a recoger las ovejas hasta las naves. Pese a dar el parte de bajas, la empresa que se dedica a la retirada de cadáveres no trabaja los fines de semana. Otra papeleta para los ganaderos que tienen el cementerio en las naves hasta nueva orden.

No es habitual que un reconocido defensor de los lobos esté presente cuando los ganaderos recogen sus bajas, Pedro Herrero en algunos momentos casi con las lágrimas a punto de salir, pero estaba vez sí. "No es el momento de hacer valoraciones" empatizando con la tristeza de Pedro.