El cura de Faramontanos de Tábara, Diego Miñambres, fallecía ayer a los 86 años de edad. El sacerdote llegó a este pueblo hace ya 54 años y estableció un vínculo muy estrecho con su feligresía, pues en este largo tiempo ha oficiado los bautizos, bodas y sepelios de distintas generaciones. Los vecinos de Faramontanos destacaban ayer su calidad humana que le llevó a ganarse el respeto de todos y un hueco en sus corazones, como le demostraron arropándole en sus bodas de oro sacerdotales, celebradas en 2013 con la presencia en la parroquia del entonces obispo de Astorga, Camilo Lorenzo.

Además de la parroquia de Faramontanos, Miñambres atendió hasta su fallecimiento las iglesias de Pozuelo de Tábara y Santa Eulalia de Tábara, pero antes ofició misas en otros pueblos de la comarca. También sirvió en la villa tabaresa en sus primeros años como sacerdote.

Además, a lo largo de su vida desempeñó cargos como el de Arcipreste de Tábara, Vicario Episcopal de la Diócesis de Astorga en la zona de Zamora o miembro del Consejo de Presbíteros y del Colegio de Consultores.

Diego Miñambres era natural de Villarrín de Campos, y en el velatorio de este pueblo es donde se ha instalado la capilla ardiente, que hoy estará abierta a partir de las 9 de la mañana.

La misa de funeral se celebrará hoy a las 17.30 horas en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Villarrín de Campos. Para que todos los parroquianos de don Diego puedan acudir desde Faramontanos de Tábara, el Ayuntamiento de este municipio contratará un autobús que partirá a las 16.30 horas de la Plaza Mayor, y devolverá a todos los vecinos a Faramontanos una vez terminado el entierro, según explica la alcaldesa de esta localidad, la popular Amaranta Ratón.