El pequeño Izan Sotillo Gallego tenía mucha prisa por llegar al mundo, hasta el punto de adelantarse a la fecha de nacimiento, prevista en marzo, y nacer el 25 de febrero. Con apenas 12 días, el pequeño es el centro de atención de todo el pueblo de Villarino de Sanabria, al ser el primer bebé que llega al pueblo en 17 años, la misma edad que tiene su primo que también vive en el pueblo.

La feliz madre, Sandra Sotillo Gallego, dice que su hijo ahora "tiene muchos abuelos y muchos tíos", tantos como vecinos hay en el pueblo que están tan pendientes del recién nacido. Para su madre Toñi Gallego Torres, este es su segundo nieto, y se quedará unos días con su hija y su nieto pero tendrá que volver a Barcelona donde le espera su otra nieta. La casa familiar ha recibido esta semana numerosas visitas, incluidas las de los niños venidos de Madrid que pasaron los días de carnaval en el pueblo.

Lejos quedan los tiempos en que Toñi era una niña y en el pueblo había por lo menos una veintena de rapaces y rapazas que iban a la escuela de Villarino, que recibía incluso a estudiantes de El Puente y de Rozas, pueblos relativamente cercanos. La escuela se mantiene en pie pero echa de menos a los niños, de hecho el colegio que corresponde a Villarino es el de El Puente de Sanabria.

Con 15 años Toñi emigró a Barcelona donde nacieron sus hijos. Sandra regresó siendo adolescente al pueblo para cuidar a sus abuelos en lo que iba a ser un periodo corto, que se convirtió en 13 años. En esa época ya le tocó ir a estudiar a El Puente. Regresó una temporada a Barcelona pero volvió de nuevo a Villarino. Sandra Sotillo estudió el módulo de Jardín de Infancia, unos conocimientos que le ayudan en su etapa como madre primeriza.

El bebé "es buenísimo", hay que despertarlo para que haga sus tomas. Este semana será la primera vez que Izan tenga consulta con el pediatra, aunque ya ha visitado a la matrona del Centro de Salud de Puebla, que ha dispensado una atención excepcional a la joven madre y su hijo. Con un "fenomenal" resume Sandra ese trato profesional. La experiencia en el Hospital de Zamora no ha sido tan buena porque en la planta de Ginecología donde están ingresadas las parturientas, había enfermos con otras patologías totalmente ajenas a la especialidad ginecológica y de obstetricia.

Sus vecinos, los que más cerca han estado en la recta final del embarazo, se acercan a visitar a la familia y despedirse porque vuelven a Madrid con sus tres nietos que han pasado el fin de semana en Villarino, y ahora vuelven al colegio.