Cerca de una treintena de mujeres sortearon ayer los casi tres kilómetros de marcha entre Barrio de Lomba y Cobreros dentro de los actos del Día Internacional de la Mujer. Los actos fueron organizados por el Ayuntamiento de Cobreros dentro del Pacto de Estado contra la violencia de género. De manera particular el acto fue un homenaje a la mujer rural, "la gran olvidada" que pide su cuota de visibilidad en una sociedad para la que ha sido invisible.

La plataforma 102 desde Porto reclamaba visibilidad, a través de las redes sociales, y en Asturianos algunas vecinas colgaban el mandil en el balcón.

Con una buena temperatura, mucho ánimo y muchas piernas el grupo inició poco después de las doce el recorrido sin prisa y sin pausa y cada una a su ritmo. A esta marcha se apuntaron vecinas de los 13 pueblos del municipio de Cobreros y del municipio vecino de Galende. Antes de iniciar el recorrido, todos los participantes recibieron una gorra morada y una mochila con el lema "Somos un@" de manos del alcalde, Ángel López Amigo.

Josefa Elena, tras unos instantes de descanso para que el grupo tomara aliento, dio lectura al manifiesto claramente reivindicativo de la mujer rural, ante mujeres y ante algunos hombres que aunque no realizaron la marcha sí presenciaron la lectura del manifiesto a las puertas del consistorio.

La portavoz del día de la Mujer afirmó que "seguimos viviendo en un mundo desigual. Y si pensamos en la desigualdad en términos genéricos, la cabeza se nos va directa a un grupo de personas: las mujeres". Elena subrayó el papel de la mujer en la sociedad como "uno de los pilares de cualquier sociedad, uno de los mayores tesoros para la evolución humana". Si se amplía la visión "dentro de las mujeres hay un colectivo especial: la mujer del medio rural".

Desde el inicio de la historia "fueron ellas quienes hicieron la hazaña de desarrollar la agricultura mientras se ocupaba de alimentar a la familia y educar a los hijos". Son "auténticas heroínas".

Doble trabajo y sin el reconocimiento que se merecen;"muchas tienen aún vallas que cruzar en su vida personal y profesional". En el día mundial de la Mujer "es un buen momento para darles a todas las mujeres del campo un aplauso", sin ellas la humanidad no habría progresado tanto.

Josefa Elena subrayó la generosidad "mayor porque su esfuerzo físico y emocional fue y es hoy mucho más grande que el de otros grupos de personas".

Cerró la oradora con una nota personal "estoy orgullosa de ser mujer" y un doble aplauso por las mujeres que nos precedieron y no están, abuelas y madres, y por la mujer rural".