La marca de garantía Garbanzo de Fuentesaúco ha cerrado un año "excelente". Es la calificación otorgada en la última cata realizada por el llamado "consejo de cata", que agrupa a profesionales de distintos ámbitos encargados de puntuar la cosecha de la legumbre más emblemática de Zamora, que se produce en la comarca de La Guareña.

Las muestras de garbanzos valoradas por los catadores han superado claramente la media de los últimos años, con puntuaciones entre 85 y 92 sobre 100, con una dispersión mínima de cuatro o cinco puntos. "Después de unos años malos en la última cosecha se han juntado, por un lado las condiciones climatológicas favorables y extraordinaria calidad" apunta Nicolás Armenteros, director técnico del Consejo Regulados de la IGP Garbanzo de Fuentesaúco. "Sabemos que es un producto muy bueno y los mínimos de calidad están garantizados, pero la última añada ha superado todas las expectativas como demuestra la mejor valoración en catas".

En el Consejo Regulador de la IGP se relaciona este éxito con la consolidación de la semilla autóctona, que ha contribuido a obtener un producto muy homogéneo. "Desde que introducimos la variedad ecotipo Fuentesaúco y la autóctona cuaiz, se ha mejorado bastante en cuanto a la uniformidad".

El comité de cata se creó hace 25 años, aunque con el garbanzo de Fuentesaúco comenzó a partir de 2003, cuando se aprobó el reconocimiento como IGP (Indicación Geográfica Protegida). Está formado por diez personas (la media de participantes en las sesiones de cata es de unas siete), desde investigadores alimentarios hasta un médico, representantes de la asociación de amas de casa, un productor o un envasador. Un grupo heterogéneo que desde su propio ámbito y conocimiento realiza un análisis de las cosechas y diferentes partidas valorando las muestras de la legumbre, tanto al natural como cocido.

En el primer caso se puntua el color, estado de la semilla y calibre en cuanto a uniformidad, aspectos en los que influye la recolección del producto con el importante papel que desempeña el cultivador. En el garbanzo cocido se ejercita la vista y el tacto (aplastando la muestra y moldeando la masa) para valorar parámetros como la integridad del grano, mantecosidad, consistencia, granulosidad, dureza de la piel, uniformidad de la masa y el sabor.

La alta valoración conseguida en la última cata de garbanzos consolida la calidad contrastada de un producto emblemático en el campo zamorano. Junto a la consideración de esta legumbre de alto valor nutritivo como un ingrediente básico de la cocina tradicional -es el rey de los pucheros-, el garbanzo de Fuentesaúco ha demostrado su capacidad para un buen maridaje con otros productos y las grandes posibilidades que se abre en el mundo de la cocina más creativa y vanguardista.

Un producto que por otro lado no se libra de la confusión y venta fraudulenta de los graneles que atribuyen muchas veces un origen falso de los productos. En ese sentido desde el Consejo Regulador el mensaje es claro: "el Garbanzo de Fuentesaúco sólo se vende envasado y en todos sus envases llevan la contraetiqueta numerada del Consejo Regulador, que es la que entrega éste a cada envasador, cuando los garbanzos han superado todos los controles exigidos".